Ética medio ambiental



La ética medio ambiental es la parte de la Filosofía y la Ética Aplicada que considera las relaciones éticas entre los seres humanos y el ambiente natural o medio ambiente. Ejerce influencia en una larga lista de disciplinas como el Derecho, Sociología, Economía, Ecología, Geografía, etc. En su campo incluye la estética de la naturaleza y otras ramas de la investigación filosófica (epistemología, metafísica, axiología, etc.)

El área académica de la ética medio ambiental surgió como respuesta al trabajo de científicos como Rachel Carson que con su libro Primavera Silenciosa (1962) denunciaba el efecto medio ambiental de los pesticidas de uso agrícola, la publicación del Informe del Club de Roma Los límites del Crecimiento (1972) o el Informe Brundtland (1987). Aquí es cuando la contingencia político social urge a los filósofos para la consideración filosófica de todos los problemas medio ambientales. Además, el influyente ensayo previo de Aldo Leopold A Sand County Almanac. The Land Ethic (1949) donde el autor expone que las raíces de la crisis ecológica son fundamentalmente filosóficas. Otros títulos importantes que dieron inicio y marcaron la necesidad de una ética medio ambiental fueron El concepto de moralidad de William Frankena (1966) y La tragedia de los comunes de Garret Hardin (1968).

La primera revista internacional en este campo surgió en Estados Unidos: Environmental Ethics en 1979, y luego apareció en Canadá (1983) The Trumpeter: Journal of Ecosophy. La primera revista británica Environmental Values fue lanzada en 1992.

Tabla de contenidos

Alan Marshall y la preservación del medio ambiente

En la Revista de Filosofía Aplicada, en 1993, Alan Marshall expuso la idea comúnmente aceptada del equilibrio ecológico existente entre los seres animados (entidades vivientes) y los inanimados (entidades no vivientes). Para Marshall, como para otros pensadores del medio ambiente, el rápido proceso de industrialización en los últimos 300 años ha dado lugar a un importante desequilibrio. Hoy, las preocupaciones crecientes sobre el calentamiento global subrayan la aceptación general de que la preservación del medio ambiente es un asunto de vital importancia. Sin embargo, los motivos por los que uno acepta o rechaza los argumentos a favor de la preservación son un objeto de debate ético, y esto invariablemente incluye una postura personal sobre los animales no humanos y sus derechos.

Han habido muchos intentos de categorizar y justificar la importancia de la preservación del medio ambiente. Alan Marshall y Michael Smith son dos ejemplos recientes de estas argumentaciones, como cita Peter Vardy en The Puzzle of Ethics. Para Marshall, tres enfoques éticos generales han emergido en los últimos 20 años, y usa los siguientes términos para describirlos: Extensionismo Libertario, el Extensionismo Ecológico y la Ética de la Conservación.

Extensionismo Libertario

Este enfoque evoca el de los derechos civiles (el compromiso de extender derechos igualitarios a todos los miembros de la comunidad). En medio ambiente, esto implica la consideración moral de los no humanos asimismo como se consideran los humanos.

Andrew Brennan era un defensor del humanismo ecológico (eco-humanismo), el argumento de que todas las entidades ontológicas, animadas e inanimadas, pueden tener valor ético solamente por la razón de su existencia. El trabajo de Arne Naess y su colaborador Sessions también puede clasificarse dentro del Extensionismo Libertario, aunque ellos prefieren el término Ecología Profunda. La ecología profunda es el argumento del valor intrínseco o inherente del medio ambiente, es decir, que tiene valor por sí mismo y por su sola existencia. Su argumento, incidentalmente, cae dentro del extensionismo libertario y del extensionismo ecológico.

El trabajo de Peter Singer puede ser categorizado bajo el Extensionismo Ecológico. Su razonamiento del "círculo creciente de consideración moral" puede ser redibujado para incluir a los animales no humanos, y no hacerlo sería actuar bajo premisas del especismo. Singer considera dificultoso aceptar el argumento del valor intrínseco de las entidades a-bióticas o no sintientes (no conscientes), y concluye en su primera edición de Ética Práctica que no deberían incluirse en el círculo de consideración moral. Este enfoque es esencialmente biocéntrico. Sin embargo, en una edición posterior de Ética Práctica, posterior también al trabajo de Naess y Sessions, Singer admitió que, aunque poco convencido por la Ecología Profunda, el argumento del valor intrínseco de las entidades no sintientes es plausible, pero problemático.

Extensionismo Ecológico

El extensionismo ecológico de Marshall enfatiza el reconocimiento de la interdependencia fundamental existente entre todas las entidades bióticas y abióticas, y su diversidad. Allí donde el extensionismo libertario puede ser considerado como derivado de la reflexión política del mundo natural, el Extensionismo Ecológico es una reflexión científica del mundo natural. El extensionismo ecológico es similar a la clasificación de Eco-Holismo, que argumenta el valor intrínseco e inherente de las entidades ecológicas colectivas como los ecosistemas o el medio ambiente global como una entidad completa.

Esta categoría incluye la hipótesis Gaia de James Lovelock, la teoría que el planeta Tierra altera su estructura geofisiológica en el tiempo para continuar con el equilibrio evolutivo de la materia orgánica e inorgánica. El planeta es una entidad total y holística, dotado de valor ético y donde la raza humana no tiene una significación particularmente especial en el largo plazo.

Ética de la Conservación

La teoría de la Conservación ética de Marshall sólo ve valor al medio ambiente en términos de utilidad para los humanos. Es lo opuesto de la ecología profunda, por lo tanto, se le conoce como Ecología Superficial (en contraste con la Profunda), y argumenta que el medio ambiente es éticamente considerable en virtud de su valor extrínseco, instrumental para el bienestar de los seres humanos. La conservación es un medio al servicio de un fin que considera solamente el ser humano y sus generaciones. Éste es el argumento ético a la base de las actuaciones gubernamentales, del protocolo de Kyoto (1997) y de los acuerdos de Río de Janeiro de 1992.

Bibliografía

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  • Ferry, Luc: El nuevo orden ecológico: el árbol, el animal, el hombre. Ed. Tusquets, Barcelona, 1994. ISBN 84-7223-428-2
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  • Jonas, Hans: El Principio de Responsabilidad. Ensayo de una ética para la civilización tecnológica. Ed. Herder, Barcelona, 1995. ISBN 978-84-254-1901-0.
  • Leopold, Aldo: Una Ética de la Tierra. Ed. Los libros de la Catarata, Madrid, 2000. ISBN 84-8319-071-0
  • Singer, Peter: Ética Práctica. Ed. Ariel, Barcelona, 1984. ISBN 84-344-1027-3
  • Taylor, William: Respect for Nature: A Theory of Environmental Ethics. Princeton University Press, 1986. ISBN 978-0691077093
  • Velayos, Carmen: La dimensión moral del ambiente natural: ¿Necesitamos una nueva ética?. Ed. Comares, Granada, 1996. ISBN 84-8151-366-0

Enlaces externos

  • Cátedra UNESCO de Sostenibilidad
 
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