La anemia infecciosa equina es una enfermedad vírica crónica, exclusiva de los équidos y transmitida habitualmente por artrópodos, con clínica caracterizada por crisis hemolíticas febriles intermitentes. Su importancia clínica es elevada, por ser infección vitalicia y recidivante, letal en las formas agudas e incapacitante en las crónicas. Asimismo, su relevancia económica, por las bajas y sacrificios que conlleva, el coste de medidas diagnósticas y profilácticas y por las limitaciones y prohibiciones de tráfico de seropositivos. Su impacto sanitario también es importante, debido a que afecta al hombre, causando una enteropatía febril aguda recidivante, con viremia persistente. Conocimientos adicionales recomendados
EtiologíaEl virus causal pertenece al Género Lentivirus, Familia Retroviridae. Es un ribovirus monocatenario con envoltura; el virión, aproximadamente esférico, de 80-130 nm. de diámetro, cuya envoltura lipoproteica doble, con peplómeros glicoproteicos, envuelve una nucleocápsida icosaédrica. Muy resistente a desecación y temperaturas inferiores a 50ºC, sensible a desinfectantes y cambios de pH. Cultivable en histocultivo de leucocitos y de fibroblastos dérmicos equinos, así como en líneas celulares equinas, caninas y felinas, en los que no causa ECP, sino infección persistente como provirus integrado en el genoma de la célula hospedadora. Existen cepas diferenciables por seroneutralización con una hemaglutinina común, pero sin protección cruzada. Epidemiología
PatogeniaPenetración parenteral, inoculada por insectos o instrumental, o vehiculada en fómites en contacto con lesiones preexistentes; transplacentaria; o por microlesiones en mucosa genital. Difusión linfohemática, vehiculada por hematíes como virión libre, mediante la hemaglutinina, o capturado por macrófagos, en los que se puede replicar, o integrado como provirus en el genoma de linfocitos. Tropismo y localización por células hematopoyéticas de médula ósea, hematíes y linfocitos. La eliminación siempre se produce por las secreciones y excretas contaminadas con sangre. Esta eliminación nunca es completa, quedando siempre un fondo de provirus sin expresar. La infección producida reduce la eficacia de la hematopoyesis e induce la producción masiva de anticuerpos fijadores de complemento. Al unirse estos anticuerpos al virus fijado a los hematíes, se produce por una parte la lisis extracelular de tales hematíes, mientras que por otra se estimula la eritrofagocitosis por las células del SRE. Ambos fenómenos determinan intensas crisis hemolíticas con la consiguiente anemia. A su vez, las enormes cantidades de complejos inmunes circulantes causan vasculitis a diversos niveles, y el exceso de hemosiderina retenida en células de SRE puede dar lugar a infiltraciones linfoides masivas y necrosis viscerales. Si la muerte no se produce durante una crisis hemolítica, suele pasar a la forma recidivante o a la cronicidad. ClínicaPeríodo de incubación de 7 a 21 días.
Lesiones
Diagnóstico
LuchaNo existe ninguna vacuna ni tratamiento etiológico eficaz; la aplicación de antianémicos, alimentación adecuada y un cuidado exquisito pueden espaciar las recidivas, pero el animal sigue expuesto a padecerlas y es un portador permanente. Por tanto, está contraindicado, especialmente en áreas no enzoóticas. Se combate mediante medidas higiénico-sanitarias preventivas, como evitar la exposición a los vectores y proteger de éstos a los animales; desinfección cuidadosa del material quirúrgico y los arreos; y limitación, previo diagnóstico, del comercio y el movimiento de équidos. En caso de brotes se deben aplicar medidas enérgicas de erradicación, con sacrificio inmediato y destrucción sanitaria de enfermos, sospechosos, camas y estiércoles, desinfección y desinsectación; secuestro, empadronamiento e inmovilización; y vigilancia periférica con diagnóstico sistemático por inmunodifusión, complementados con medidas preventivas como las descritas. Es la única solución eficaz, y tanto más cuanto los animales infectados no sirven ni para trabajo ni para reproducción. Aspectos zoonósicosEl virus de la anemia infecciosa equina puede infectar al hombre, causando un cuadro virémico de 2 a 7 años de duración, con crisis febriles acompañadas de enteritis hemorrágicas violentas; dolores lumbares, cefalalgias, debilidad, pérdida de peso y anemia. |
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