Se llama anemofilia en Botánica a la adaptación de la plantas fanerógamas que aseguran su polinización con ayuda del viento. El término conviene también a cualquier dispersión de esporas realizado por el viento, como ocurre en muchos hongos o en los helechos. Hay que recordar que los granos de polen son esporas especiales (microsporas). Conocimientos adicionales recomendados
Polen anemófiloLa anemofilia requiere de un polen especialmente pequeño o con una relación superficie/volumen muy grande, lo que reduce su velocidad de sedimentación y facilita que llegue más lejos. Así, por ejemplo, las compuestas del género Artemisia presentan un polen pequeño, liso y seco, mientras la mayoría de los miembros de la familia lo presentan más grande, ornado y cubierto de aceites, lo que facilita la aglutinación y la adherencia a vectores animales. En los pinos la ligereza se consigue por la presencia de dos sacos aéreos huecos, lo que reduce su densidad y aumenta la superficie de rozamiento. El polen anemófilo suele ser producido por flores poco vistosas, sin los pétalos atractivos que la imaginación asocia a la palabra “flor” (o, directamente, sin pétalo alguno, como en los fresnos), frecuentemente colgantes. Plantas anemófilasLa anemofilia es propia de plantas que constituyen poblaciones densas en formaciones vegetales con gran dominancia ecológica, monoespecíficas o pauciespecíficas (con una o pocas especies), porque sólo así puede ser eficaz. Las plantas que crecen dispersas, perdidas entre pies de otras especies, suelen ser zoófilas, porque necesitan vectores especializados capaces de encontrar sucesivamente a los pocos individuos existentes. Las plantas anemófilas tienen que producir además cantidades muy grandes de polen, lo que es a veces muy perceptible en bosques de pinos, cuando el suelo se tiñe de amarillo. Sólo cuando se dan estas dos condiciones puede asegurarse la polinización. Entre los árboles la condición anemófila es propia de las coníferas, que tienden a formar bosques monoespecíficos en las latitudes frías y las montañas, o de los árboles dominantes en los bosques de las latitudes templadas, como robles o hayas. La anemofilia no se encuentra en los árboles de los bosques ricos en especies propios de las regiones tropicales. La anemofilia es también característica de las gramíneas y otras plantas próximas (como los cárices) que constituyen formaciones herbosas abiertas, donde no encuentra obstáculos el viento. Véase también
Referencias
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