Los antidepresivos tricíclicos son un grupo de medicamentos antidepresivos que reciben su nombre de su estructura química, que incluye una cadena de tres anillos. Los tricíclicos son uno de los más importantes grupos de fármacos usados en el tratamiento médico de los trastornos del estado de ánimo (como los trastornos bipolares), junto con los IMAO (inhibidores de la MAO o monoaminooxidasa), el litio, y los inhibidores selectivos de la recaptación de las monoaminas. Por lo general están contraindicados en menores de 18 años, y deben usarse con precaución (cálcular la ratio riesgo-beneficio) en embarazo y lactancia, epilepsia y conductas suicidas. El primer antidepresivo tricíclico fue la imipramina, aunque se pensó inicialmente como antiesquizofrénico, sin embargo, pronto se descubrió su efecto antidepresivo. Conocimientos adicionales recomendados
FarmacologíaLa mayoría de los tricíclicos se absorben de manera incompleta por vía oral, y después de su absorción pasan por un importante metabolismo de primer orden. Los tricíclicos se metabolizan por dos vías principales, la transformación del núcleo tricíclico y la lateración de su cadena alifática. El volumen de distribución es bastante grande como resultado de la alta unión protéica y la relativamente alta solubilidad lipídica de estos medicamentos.[1] Mecanismo de acciónLos antidepresivos tricíclicos se han usado clínicamente por más de cuatro décadas y tienen cierta semejanza química y, en menor medida, farmacológica a las fenotiazinas.[1] El descubrimiento de sus propiedades antidepresivas fue una observación fortuita, pues inicialmente se creyó que serían útiles como antihistamínicos con propiedades sedativos y potencialmente antipsicóticos. Su uso ahora se limita para el tratamiento de la depresión y otras patologías conductuales mediadas por bloqueo en el normal funcionamiento de los neurotransmisores tales como serotonina y noradrenalina, se utilizan desde antidepresivos triciclicos—la imipramina y la amitriptilina son los prototipos—hasta tetraciclicos, como la amoxapina, y además se usan inhibidores selectivos de la recaptura de neurotransmisores específicos como por ejemplo de serotonina (ISRS). Los antidepresivos tricíclicos impiden la recaptación de la serotonina y la noradrenalina, lo que da lugar, por tanto, a un aumento de sus niveles en el encéfalo. Por ello han sido utilizados para impedir la depresión posterior de ingestas de drogas como el MDMA, un fármaco asociado a los suicidios mediante tóxicos, llegando a constituir en distintos estudios el 19% de los fármacos empleados: sus efectos han sido incluso utilizados para inducir al suicidio. Algunos con acción serotonérgica son: amitriptilina, imipramina y la clomipramina. Con acción noradrenérgica: nortriptilina y desipramina. Efectos secundariosAlgunos signos y síntomas de la intoxicación por antidepresivos incluyen sequedad bucal, visión borrosa, midriasis, cansancio, retencion urinaria (por aumento de la tonalidad del músculo liso), aumento de la temperatura, arrítmias,[2] hipotensión postural, convulsiones, shock, coma y muerte. Debido a la absorción retardada, su prolongada vida media y su circulación hepática, el paciente puede encontrarse bajo riesgo en periodos de 4 a 6 días. Otras reacciones adversas a medicamentos antidepresivos se encuentran efectos anticolinergicos como broncodilatación, efectos cardiovasculares, aumento de peso y disfunción sexual. La venlafaxina provoca especificamente aumento de la presion arterial media. Los ISRs producen sedación y efectos anticolinérgicos. Los IMAOS (inhibidores de la monoaminooxidasa) provocan hipotensión ortostática (postural) y disfunción sexual. La trazodona y nafazodona provocan priapismo (erecciones recurrentes y dolorosas) y aumento de SGOT plasmático (transaminasa glutámico-oxaloacética). En caso de sobredosis, por ejemplo por clorhidrato de desipramina[3] o imipramina,[4] los síntomas como respiración lenta, dificultado urinaria, visión borrosa, vómitos y latidos cardíacos anormales, aparecen por lo general en el término de 4 horas después de la ingestión y alcanzan su máxima severidad después de 24 horas. El pronóstico y evolución del afectado depende de la prontitud del socorro médico. EjemplosEl primer antidepresivo tricíclico descubierto fue la imipramina, descubierta accidentalmente en la búsqueda de un nuevo antipsicótico en los años 1950. Desde entonces, algunos de los tricíclicos añadidos a la lista de antidepresivos incluyen:
Nota: Ciertas fuentes sugieren que la mayoría de los tricíclicos combinan, hasta cierto punto, efectos tanto adrenérgicos como serotonérgicos, a menudo reportados en proporciones. Algunos de los medicamentos descritos aquí, en orden del más selectivo para receptores no-adrenérgicos al más selectivo para los receptores de la serotonina: lofepramina, nortriptilina, amitriptilina, imipramina, clomipramina.[6] Clasificación: aminasLos antidepresivos tricíclicos a menudo se clasifican como aminas terciarias y secundarias. Por lo general, las aminas terciarias potencian a la serotonina así como receptores no-adrenérgicos y producen mayor sedación, efectos anticolinérgicos e hipotensión ortostática.[7] Las aminas secundarias actúan principalmente sobre los no-adrenérgicos y tienden a tener un perfil de efectos secundarios más leve.[8] Las aminas terciarias incluyen: amitriptilina, imipramina, trimipramina, doxepina, clomipramina, y lofepramina. Las aminas secundarias incluyen: nortriptilina, desipramina, protriptilina, y amoxapina. Referencias
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