Un bostezo es la acción incontrolada de abrir la boca, con separación muy amplia de las mandíbulas, para realizar una inspiración profunda a la que sigue una espiración de algo menos de lo inhalado, con cierre final. Cuando se bosteza, además, se estiran los músculos faciales, se inclina la cabeza hacia atrás, se cierran o entornan los ojos, se lagrimea, se saliva, se abren las trompas de Eustaquio del oído medio y se realizan muchas otras, aunque imprecisas, acciones cardiovasculares, neuromusculares y respiratorias. Es una acción común entre los animales vertebrados. Los mamíferos y la mayoría del resto de animales dotados de columna vertebral bostezan, incluyendo peces, tortugas, cocodrilos y aves. De la mayoría de los mamíferos, son los machos los que más bostezan; sólo en la especie humana ambos sexos bostezan con igual frecuencia. Conocimientos adicionales recomendados
CaracterísticasTodos los bostezos son prácticamente iguales (generalmente), pero su forma y duración puede variar. El bostezo constituye un ejemplo de lo que en los estudios clásicos de comportamiento animal (etología) se denomina pauta fija de acción, instintiva. No es un reflejo, una respuesta corta, rápida y proporcional a un simple estímulo, sino que, una vez que comienza, un bostezo debe continuar inevitablemente, como un estornudo. El bostezo sigue su curso durante un promedio aproximado de seis segundos, pero su duración puede variar entre alrededor de tres segundos y medio y superar en mucho la media normal. No se puede bostezar a medias: como toda pauta fija de acción, posee una intensidad característica, por cuya razón no se puede contener un bostezo. Los bostezos llegan en tandas y el intervalo entre bostezo y bostezo varía alrededor de 68 segundos[cita requerida]. No hay relación entre la frecuencia y la duración de los bostezos; producir bostezos cortos o largos no se compensa por bostezar con mayor o menor frecuencia. Para la inspiración, al comienzo de un bostezo, y la espiración, a su término, no es necesario mantener libres las fosas nasales. Sí es esencial, sin embargo, la inhalación de aire por la boca y abrir completamente las mandíbulas.
Un bostezo puede expresar fuertes mensajes antisociales por lo que en algunas culturas la gente intenta disimular el bostezo colocando una mano sobre la boca. Los bostezos solo se contagian entre humanos o de algún otro animal al ser humano. Causas del bostezo
Una teoría muy común sobre el bostezo sostiene que es provocado por el exceso de dióxido de carbono y la falta de oxígeno en la sangre. El tronco cerebral al detectar esto genera el bostezo. La boca se ensancha y los pulmones inhalan profundamente, trayendo oxígeno hacia los pulmones y consecuentemente a la corriente sanguínea. Es casi seguro, sin embargo, que esta hipótesis sea incorrecta; una teoría más reciente afirma que el bostezo sirve para regular la temperatura corporal. Otra teoría sostiene que los bostezos son provocados por los mismos químicos en el cerebro (neurotransmisores) que afectan las emociones, el sentido del humor, el apetito y otros fenómenos. Estos químicos incluyen serotonina, dopamina, ácido glutámico y óxido nítrico. A medida que más de estos compuestos son activados en el cerebro la frecuencia de los bostezos aumenta. Por el contrario, una mayor presencia en el cerebro de neurotransmisores narcóticos, tales como la endorfina, reduce la frecuencia de los bostezos. A menudo se dice que el bostezo es contagioso: si una persona bosteza, esto causará que otra persona "responda" el bostezo, en ocasiones generando una cadena. Las razones para esto son poco claras, posiblemente se deba al "poder de sugestión". Otras teorías sugieren que el bostezo sirve para sincronizar el comportamiento anímico entre animales gregarios de forma similar al aullido de una manada de lobos durante la luna llena. El bostezo entonces emitiría una señal de cansancio hacia otros miembros del grupo para sincronizar los patrones de sueño y períodos de actividad. En su ensayo "Adaptarse a la marea", Eduardo Punset sostiene que "los bostezos son un legado de nuestra condición animal anterior a la de humanos, que cumplían una finalidad social en el caso de los primates –transmitir la necesidad imperiosa de iniciar una acción colectiva y preventiva frente a intrusos-. La Ciencia no ha descubierto en el bostezo ninguna utilidad en la vida moderna; ni siquiera la de oxigenar los pulmones. Experimentos realizados en la Universidad de Maryland (Estados Unidos) han demostrado que las personas sometidas a sobredosis de oxígeno no disminuyen la frecuencia de sus bostezos; son un puro residuo ancestral y genético". Bibliografía
Referencias externasCategoría: Términos médicos |
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