Brucella es un género de bacterias Gram negativas.[1] Son cocobacilos pequeños (0,5-0,7 por 0.6-1.5 µm), no-móviles y encapsulados. Se conocen unas pocas especies de Brucella, cada una de las cuales se diferencia ligeramente en la especificidad del huésped: B. melitensis infecta cabras y ovejas, B. abortus infecta vacas, B. suis infecta cerdos, B. ovis infecta ovejas y B. neotomae. Recientemente se ha descubierto una nueva especie en mamíferos marinos: B. pinnipediae. Brucella es la causa de la brucelosis, una verdadera enfermedad zoonótica (no se ha descrito la transmisión humano-a-humano).[1] Es transmitida por la ingestión de comida infectada, contacto directo con un animal infectado o por inhalación de aerosoles. La exposición infecciosa mínima está en 10-100 organismos. La brucelosis se produce principalmente por exposición ocupacional (por ejemplo, exposición al ganado, ovejas, cerdos), pero también por el consumo de productos lácteos no pasteurizados. Conocimientos adicionales recomendados
BrucelosisSir David Bruce aisló B. melitensis de los soldados británicos que murieron de fiebre de Malta durante la guerra de Crimea en Malta en 1887. La enfermedad se caracteriza por fiebre aguda ondulante, dolor de cabeza, sudores nocturnos, fatiga y anorexia. La brucelosis humana no se considera una enfermedad contagiosa y las personas solo se infectan por contacto con los fluidos animales (ovejas, vacas o cerdos) o a partir de alimentos animales no pasteurizados como leche y queso. La brucelosis también se considera una enfermedad laboral puesto que tiene una alta incidencia entre los trabajadores que trabajan con animales. La brucelosis a menudo se adquiere en el laboratorio.[2] La infección se suele producir cuando no se sospecha de la enfermedad y las muestras son manipuladas por el personal del laboratorio antes de que cultivo resulte positivo. La incidencia mundial de la brucellosis es desconocida puesto que hay un bajo nivel de vigilancia y de informe en las áreas endémicas. Diagnóstico y tratamientoBrucella se aisla de cultivos sobre un medio de sangre. Puede requerir una incubación prolongada (hasta 6 semanas) puesto que son organismos de crecimiento lento, pero sobre las máquinas automáticas modernas, los cultivos a menudo pueden ser positivos en siete días. Mediante la tinción de Gram aparecen como densas aglomeraciones de cocobacilos Gram-negativos. Es crucial poder distinguir Brucella de Salmonella que podría también ser aislada de cultivos de sangre y son Gram-negativos. El test para la ureasa puede utilizarse para ello ya que son positivos para el primero y negativos para el segundo. Brucella podría también detectarse en la médula ósea. No hay un procedimiento clínico para el tratamiento óptimo, pero la combinación más utilizada implica tres semanas de tratamiento con rifampicina y doxiciclina dos veces al día, que parece ser eficaz.[2] [3] La ventaja de este tratamiento es que puede tomarse oralmente, aunque aparacen frecuentemente efectos secundarios (nausea, vómito, pérdida del apetito).[3] En un estudio publicado en Science en Agosto de 2007 se reveló que Brucella reacciona fuertemente a la presencia del espectro azul de la luz natural, reproducciéndose rápidamente y convirtiéndose en un agente infeccioso. Consecuentemente, la privación de las longitudes de onda azules bajó la tasa de crecimiento de Brucella en un espectacular 90%.[4] [5] Referencias
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