El cáncer de vagina es un crecimiento de células malignas poco frecuente que ocurre principalmente en mujeres mayores de 50 años, aunque puede aparecer en cualquier edad, incluyendo la infancia. A menudo tiene cura, en especial si se diagnostica en sus estadíos tempranos. La mayoría de los cánceres de vagina provienen de la diseminación de un cáncer fuera de la vagina, en especial de la infiltración de un cáncer cervical o de un cáncer endometrial.[1] Conocimientos adicionales recomendados
ClasificaciónLos tipos de cáncer de vagina, en orden de su prevalencia, incluyen:
EstadificaciónVéase también: Escala ECOG
Similar a como se estadifica a otros tipos de cáncer, en el caso de la vagina se aplica de la siguiente manera:[3] Estadio 0En el estadio 0, las células anormales se limitan al tejido que reviste el interior de la vagina. Estas células anormales tienen el potencial de volverse cancerosas y diseminarse hasta el tejido cercano normal. El estadio 0 también se llama carcinoma in situ. Estadio IEn el estadio I, el cáncer se ha activado pero se encuentra en la vagina solamente, sin extenderse más de pocos milímetros de la capa basal del epitelio que reviste la vagina, es decir, es microinfiltrativa. Estadio IIEn el estadio II, el cáncer se ha infiltrado o diseminado de la vagina hasta el tejido que rodea la vagina, pero sin llegar a la pared pélivca. Estadio IIIEn el estadio III, el cáncer se ha diseminado desde la vagina hasta los ganglios linfáticos de la pelvis o de la ingle, a la pelvis y sus órganos o tanto a los gánglios como a la pelvis. Estadio IVEl estadio IV se divide en estadio IVA y estadio IVB:
Cuadro clínicoLos síntomas más comunes del cáncer de vagina es el sangrado anormal, el cual puede ser post-coital, intermenstrual, antes de la pubertad o después de la menopausia.[4] Otros síntomas menos específicos incluyen dificultad o dolor para orinar, durante el sexo o dolor en la región pélvica.[3] DiagnósticoDe un 5-10% de las pacientes son asintomáticas por lo que el diagnóstico en ellas es por lo general hecho durante un examen físico de rutina.[1] Algunos de los exámenes que se emplean para diagnosticar el cáncer de vagina incluyen el examen físico y la historia, el exámen pélvico, el papanicolau, la biopsia y la colposcopia. TratamientoEl tratamiento específico para cada mujer depende del tipo de cáncer que se haya desarrollado en su vagina y del grado de infiltración que tenga.[1] Se ha usado la radioterapia y la extirpación del cáncer quirúrgicamente. Si el tumor se originó en el endometrio y se extendió hacia la vagina pueden añadirle quimioterapia al tratamiento. En otros casos el especialista puede decidir combinar los tres métodos: cirugía, quimioterapia y raidoterapia.[5] PronósticoLas expectativas de vida después del cáncer de vagina también dependen del tipo de cáncer y del grado de infiltración o diseminación. Al cabo de 5 años, en mujeres con carcinoma escamocelular, se espera que un 42% sobrevivan, mientras que en mujeres con adenocarcinoma, el pronóstico es mejor, con una sobrevida al cabo de 5 años del 78%. El cáncer vaginal en estadíos avanzados puede diseminarse o infiltrar a otros órganos del cuerpo, empeorando el pronóstico.[5] ComplicacionesPor lo general las complicaciones se relacionan al tratamiento, reacciones a la quimio y radioterapia y secuelas de la operación quirúrgica.[5] Referencias
Véase tambiénEnlaces externos
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