Cáncer medular tiroideo



Cáncer medular tiroideo
Clasificación y recursos externos

Aviso médico

CIE-10 C73
CIE-9 193.0
OMIM 155240
eMedicine med/2272 
MeSH D013964

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El cáncer medular tiroideo es un tipo de cáncer tiroideo que nace de las células parafoliculares o células C productoras de la hormona calcitonina. Se caracterizó por primera vez en 1959[1] y comprende entre el 3% a 4% de todos los cánceres tiroideos.[2]

Tabla de contenidos

Clasificación

Aproximadamente un 25% de los casos de cáncer medular de la tiroides (MTC, por sus siglas en inglés) ocurre en familias y recibe el nombre de MTC familiar. Cuando coexiste con tumores de la glándula paratiroides y con componentes medulares de las glándulas suprarrenales reciben el nombre de neoplasia endocrina múltiple tipo 2 o MEN2, por sus siglas en inglés.[2]

Marcadores

Aún cuando el aumento de la concentración de calcitonina en sangre no es dañina, es un marcador útil para la detección del componente genético del trastorno tiroideo.[3]

Un segundo marcador es conocido como antígeno carcinoembriogénico (CEA), producido por el carcinoma medular de tiroides y liberado a la sangre, por lo que es útil como marcador tumoral. En general las mediciones de CEA sanguíneo son menos sensibles que la calcitonina sérica en la detección de un posible tumor tiroideo medular. Sin embargo, por razón de que sus concentraciones varían tan poco de un minuto a otro del día, tiene utilidad como indicador de la masa tumoral. ore useful as an indicator of tumor mass.

Genética

Las mutaciones en el ADN relacionados al protooncogen RET, localizado en el cromosoma 10, conllevan a expresiones de una enzima mutada de las tirosincinasas que lleva el nombre del gen, es decir, RET.[4] La enzima está vinculada con la regulación del crecimiento y diferenciación celular, de modo que su mutación es responsable de casi todos los casos de carcinoma medular familiar o hereditario de la glándula tiroides. Como genética, es una mutación heredada de modo autosómico dominante, queriendo decir que cada hijo de un padre o madre afectad tiene una probabilidad del 50% de que vaya a heredar el protooncogen mutado.

El análisis de ADN hace posible que se pueda identificar a los hijos que tengan el gen mutado, de modo que la extirpación quirúrgica de la glándula en niños que tengan el gen mutado es una medida curativa si se extrae toda la tiroides, antes que el cáncer tenga la oportunidad de aparecer o, peor aún, esparcirse. Los tumores de la glándula paratiroides y los feocromocitomas son extraidos tan pronto se muestren síntomas clínicos, debido a que los carcinomas endocrinos múltiples (MEN2) causan el 25% de los carcinomas medulares de la tiroides.

Un 75% de los carcinomas medulares tiroideos ocurren en individuos sin una historia familiar identificable de la enfermedad, por lo que reciben el nombre de esporádicos.[5] Aquellos individuos de desarrollan un cáncer medular tiroideo esporádico tiende a ser presonas de mayor edad y tienen por lo general, una mayor extensión de la enfermedad para el tiempo de la presentación inicial que aquellos con una asociación familiar. Aproximadamente un 25% de los carcinomas medulares de tiroides esporádicos tienen una mutación somática, es decir, una mutación del protooncogen RET que ocurre dentro de una sola célula parafolicular. Se presume que esta mutación es el evento inicial en el desarrollo de la neoplasia, aunque puede que hayan otras causas aún no identificadas.[4]

Cuadro clínico

El síntoma clínico más frecuentemente asociado a un carcinoma medular de tiroides es la diarrea, ocasionalmente acompañado de episodios de enrojecimiento o sonrojamiento en la cara. Ambos se presentan en especial si hay compromiso metastásico hepático, presentandose a menudo, como el motivo de consulta a un profesional de salud. Se presume que los síntomas son debido a una producción exesiva de calcitonina y, por lo general, difiere de la diarrea y enrojecimiento que acompañan a un síndrome carcinoideo.

Tratmiento

Las operaciones quirúrgicas pueden ser efectivos si se detecta el tumor tempranamente, aunque existen riesgos de recurrencia.[6] A diferencia de otros carcinomas de tiroide, en especial los de células diferenciadas (que se parecen al tejido tiroideo), no hay terapias con yodo radiactivo que tengan valor en el tratamiento del cáncer medular[7] y la quimioterapia no es muy efectiva para este tipo de cáncer.[5] En pacientes con alto riesgo de recurrencia, se sugiere la consideración de añadir radioterapia, incluso en casos de una cirugía óptima.[8] La nueva opción en estudio implica tratmiento con inhibidores de la tirosincinasa.[9]

Pronóstico

La esperanza de sobrevida es más baja en un carcinoma medular que los carcinomas foliculares y papilares de tiroides cuando se ha esparcido fuera de la glándula. El valor del pronóstico se obtiene calculando las concentraciones de calcitonina y el antígeno carcinoembriónico (CEA) en sangre y comparándolos con los valores pre-quirúrgicos.[10] La gran mayoría de los pacientes salen de las operaciones de tiroides con valores elevados de calcitonina y CEA, de modo que se ha descubierto que no es el valor absoluto en sangre, sino la velocidad en que esas concentraciones se duplican después de la operación quirúrgica.

En un estudio midiendo el tiempo de duplicado del valor de calcitonina (CDT), los resultados pronósticos de supervivencia fueron:[10]

CDT < 6 meses: mal pronóstico, 25% sobrevivieron 5 años. Todos fallecieron entre 6 meses y 13 años.

CDT entre 6 meses y 2 años: > 90% sobrevivieron más de 5 años.

CDT > 2 años: 100% de sobrevida al cabo de 5 años, la mayoría de los pacientes tuvieron valores de calcitonina que disminuían con el tiempo.

Referencias

  1. Dionigi G, Bianchi V, Rovera F, et al (2007). "Medullary thyroid carcinoma: surgical treatment advances". Expert Rev Anticancer Ther 7 (6): 877–85. DOI:10.1586/14737140.7.6.877.
  2. a b Instituto Nacional del Cáncer (National Cancer Institute). Cáncer medular tiroideo (en español). Cáncer de la tiroides: Tratamiento (PDQ®). Consultado el 13 de marzo, 2008.
  3. Fragu P (2007). "Calcitonin's fantastic voyage: from hormone to marker of a genetic disorder". Gesnerus 64 (1-2): 69–92.
  4. a b Pramod K Sharma, Michael M Johns III (abril, 2007). Thyroid Cancer (en inglés). eMedicine.com: Head and Neck Oncology. Último acceso 28 de marzo, 2008.
  5. a b MedlinePlus (octubre, 2006). Carcinoma medular de tiroides (en español). Enciclopedia médica en español. URL accedida el 14 de marzo, 2008.
  6. Schlumberger M, Carlomagno F, Baudin E, Bidart JM, Santoro M (2008). "New therapeutic approaches to treat medullary thyroid carcinoma". Nat Clin Pract Endocrinol Metab 4 (1): 22–32. DOI:10.1038/ncpendmet0717.
  7. Quayle FJ, Moley JF (2005). "Medullary thyroid carcinoma: including MEN 2A and MEN 2B syndromes". J Surg Oncol 89 (3): 122–9. DOI:10.1002/jso.20184.
  8. Brierley J, Tsang R, Simpson WJ, Gospodarowicz M, Sutcliffe S, Panzarella T (1996). "Medullary thyroid cancer: analyses of survival and prognostic factors and the role of radiation therapy in local control". Thyroid 6 (4): 305–10.
  9. American Thyroid Association - Thyroid Clinical Trials. Consultado el 2007-12-21.
  10. a b Barbet J, Campion L, Kraeber-Bodéré F, Chatal JF (2005). "Prognostic impact of serum calcitonin and carcinoembryonic antigen doubling-times in patients with medullary thyroid carcinoma". J. Clin. Endocrinol. Metab. 90 (11): 6077–84. DOI:10.1210/jc.2005-0044.
 
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