El carbunco es una enfermedad de origen telúrico, contagiosa, aguda y grave, que puede afectar a todos los homeotermos y entre ellos al hombre, causada por Bacillus anthracis, un bacilo Gram positivo, aeróbico y esporogénico.
Conocimientos adicionales recomendados
EpidemiologíaReservoriosExiste un reservorio animal representado por los animales enfermos o los cadáveres de animales muertos por el proceso, y un reservorio extraanimal, telúrico y más importante desde el punto de vista epidemiológico, integrado por los terrenos contaminados a partir de las excretas y secreciones de los animales enfermos. Estos animales liberan grandes cantidades de bacterias por la sangre eliminada por boca, nariz y ano. En contacto con el oxígeno ambiental las bacterias esporulan y contaminan el terreno circundante donde pueden pervivir durante décadas con plena capacidad germinativa. Estos esporos presentes en el suelo pueden pasar a su forma vegetativa y multiplicarse si existen las condiciones edafológicas y climáticas óptimas (terrenos calcáreos o alcalinos ricos en materia orgánica y una temperatura templada) transformándose así el terreno en lo que se conoce como “área incubadora”. Mecanismo de transmisiónLa transmisión en animales se produce normalmente por ingestión. Los herbívoros pueden infectarse al ingerir esporas vehiculadas en plantas y pasto o beber agua con cieno en suspensión. Los brotes se suelen producir en épocas de lluvias fuertes, inundaciones o sequías. Los carnívoros se suelen infectar tras la ingestión de carne contaminada procedente de animales infectados, mientras que los carroñeros y las moscas pueden diseminar la enfermedad tras alimentarse de despojos. En humanos se suele producir un contagio cutáneo al contactar con animales infectados o sus productos contaminados (pellejo, lana y sangre), bien directamente por su manipulación o indirectamente vehiculado por diversos insectos hematófagos. Asimismo es posible un contagio inhalatorio, tras inhalar esporas vehiculadas por el viento, o digestivo tras consumir carne procedente de estos animales. Existe distinta susceptibilidad a la infección en función de la especie afectada. Los especies más sensibles son los rumiantes, tanto salvajes como domésticos, mientras que los carnívoros, suidos y equinos manifiestan una sensibilidad intermedia. Dentro de esta sensibilidad intermedia podemos también incluir al género humano. Las aves son consideradas prácticamente como refractarias a la enfermedad, pudiendo este hecho estar en relación con su alta temperatura corporal. Esta enfermedad se encuentra diseminada por todo el mundo, siendo especialmente frecuentemente en ciertas regiones de África, Asia y Oriente medio. La naturaleza hace su trabajo en el caso de las sequías. En lugares donde los hipopótamos han sido víctimas de la enfermedad mortal, los cocodrilos consumen su carne sin afectarles ya que su estomago es extremadamente ácido, así como el de los buitres y otros carroñeros. Aunque pueden llegar a propagar estos últimos la enfermedad cuando beben agua, diseminando así la cepa. PatogeniaLas endosporas penetran a través de heridas, mediante ingestión o inhalación, y son fagocitadas por los macrófagos que las vehiculan hasta los ganglios linfáticos regionales. En su interior las endosporas germinan, transformándose en bacterias vegetativas, pasando al sistema linfático y sanguíneo donde se multiplican y diseminan produciendo septicemia. Bacillus anthracis expresa distintos factores de virulencia que se encuentran codificados en dos plásmidos pXO1 y pXO2. El primero de ellos alberga los genes responsables de la síntesis de exotoxinas (factor edema, factor letal y antígeno protector), que incrementan los niveles de AMPc y provocan edema masivo y liberación de citoquinas proinflamatorias (TNF-, IL-1 mientras que el segundo se encarga de la síntesis de la cápsula antifagocítica. La expresión de estos genes está condicionada por diversos factores ambientales tales como la temperatura y la concentración de CO2. La toxemia resultante es la responsable de la muerte de los animales infectados mientras que la cápsula producida dificulta la fagocitosis por los macrófagos circulantes. Manifestaciones clínicasEl periodo de incubación oscila entre 1 y 20 días, aunque en la mayoría de los casos la enfermedad se hace evidente a partir de los 3-7 días de la infección. Este periodo de incubación es sensiblemente superior en el caso del cerdo (1-2 semanas). En los rumiantes puede producirse una forma sobreaguda, con un curso de horas, caracterizada por tambaleos, temblores y disnea, seguido por convulsiones y muerte. La forma aguda suele durar aproximadamente unos dos días y se caracteriza por fiebre y excitación que puede ser seguida por un periodo de depresión y estupor, con contracciones musculares y hemorragias por las diferentes aberturas naturales. Puede producirse también una forma crónica caracterizada por edema subcutáneo generalizado o bien localizado en la parte ventral del cuello, tórax y abdomen. Los caballos presentan fiebre, anorexia, depresión y cólico con diarrea hemorrágica. También pueden desarrollar edema en las zonas declives del cuerpo (cuello, esternón, abdomen y zona genital. La muerte se produce a los 1-3 días del comienzo de los síntomas. En el hombre el periodo de incubación puede oscilar entre 1 y 7 días, pudiéndose producir tres formas clínicas de la enfermedad: carbunco cutáneo, intestinal o inhalatorio. La forma cutánea es la más frecuente y puede contraerse tras el contacto directo con animales o productos infectados o contaminados, o tras ser vehiculada por insectos hematófagos. Se caracteriza por el desarrollo de una pápula en el lugar de inoculación rodeada de un área de vesículas de contenido fluido. La zona central papular se ulcera y seca, desarrollandose una zona deprimida de color negro muy característica. Esta lesión normalmente no es dolorosa aunque se encuentra rodeada de una zona edematosa. La lesión usualmente se resuelve de forma espontánea aunque si se produce diseminación puede ser letal en un 20% de los casos. La forma intestinal de la enfermedad se produce como consecuencia de la ingestión de carne contaminada. Los síntomas producidos se desarrollan rápidamente y están representados por fiebre, disnea, cianosis, desorientación y otros signos de septicemia. El carbunco intestinal rápidamente evoluciona a shock, coma y muerte. Por su parte, la forma inhalatoria del proceso es típica entre personas que manipulan pieles, pellejos y lanas. Los síntomas se desarrollan rápidamente y no son específicos. Al principio se produce fiebre con toses no productivas, seguidas de dificultad respiratoria grave, con estridor, cianosis y septicemia fatal, con muerte en un corto periodo de tiempo. LesionesLos animales muertos de carbunco normalmente no presentan rigor mortis. El cadáver está hinchado y se descompone rápidamente, observándose pérdida de sangre oscura y no coagulada por todos los orificios naturales. En el caballo puede producirse un edema subcutáneo muy evidente en las zonas ventrales del cuello, tórax y abdomen. Como ya se ha comentado, si existe sospecha de carbunco está desaconsejada la realización de la necropsia. Al abrir el cadáver se hace evidente un típico cuadro septicémico, con presencia de sangre oscura y no coagulada, con hemorragias petequiales o equimóticas en ganglios linfáticos, abdomen y tórax, pudiéndose producir asimismo hemorragias y úlceras en mucosa intestinal. La cavidad peritoneal puede albergar líquido fluido. El bazo se encuentra agrandado y de color oscuro, mientras que ganglios linfáticos, hígado y riñones usualmente se encuentran hinchados y congestivos. TratamientoSe puede efectuar con penicilina a dosis masivas. Requiere extrema rapidez, y aún así no suele ser efectivo. Se usa como arma biológica LuchaMedidas preventivas, basadas en mantener alejados a los animales de los pastizales reconocidos tradicionalmente como peligrosos y vacunación sistemática anual en zonas endémicas, y medidas de control que incluyen la separación de los animales sanos de los enfermos, la cuarentena de las granjas afectadas y la destrucción de los cadáveres mediante incineración, con la prohibición expresa de su apertura, así como la desinfección exhaustiva de las camas y del utillaje contaminado. Enlaces externos
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