Chlorella es un género de algas verdes de unicelulares, del Filo Chlorophyta. De forma esférica, cerca de 2-10 μm de diámetro, sin flagelo. Chlorella contiene los pigmentos verdes fotosintetizadores clorofila-a y -b en su cloroplasto. A través de la fotosíntesis se multiplica rápidamente requiriendo solo dióxido de carbono, agua, luz solar, y pequeñas cantidades de minerales, para reproducirse. El nombre Chlorella proviene del griego chloros: verde; y del sufijo diminutivo latino ella: "pequeño". El bioquímico alemán Otto Heinrich Warburg recibe el Premio Nobel en Fisiología, de Medicina en 1931 por su estudio de la fotosíntesis en Chlorella. En 1961 Melvin Calvin de la Universidad de California recibe el Premio Nobel de Química por su estudio sobre los caminos de la asimilación del CO2 en plantas usando a Chlorella. En años recientes, investigadores han hecho uso menor de Chlorella como organismo experimental debido a sus faltas del ciclo de vida biológico y, además, el avance en los estudios de la genética. Mucha gente cree que Chlorella puede servir como una fuente potencial de alimento y de energía debido a su eficiencia fotosintética, que puede alcanzar teóricamente el 8 %,[1] que es comparable con otros cultivos altamente eficientes como caña de azúcar. También lo hace una atractiva fuente alimentaria por su alta proporción de proteína y otros nutrientes esenciales al humano; seco, tiene cerca de 45% proteína, 20% grasa, 20% carbohidrato, 5% fibra, 10% minerales y vitaminas. Sin embargo, debido a ser un alga unicelular, su cosecha presenta enormes dificultades prácticas para hacerlo en gran escala. Los métodos de producción de biomasa se están comenzando a usar para su cultivo en grandes depósitos artificiales. Conocimientos adicionales recomendados
AcuarioEl alga verde Chlorella puede crear problemas a estanques por su "agua" verde y opaca. En acuarios. Chlorella puede crecer fácilmente por los altos niveles de nitratos y fosfatos y luz solar directa. Disminuir esos contenidos de P y de NO3, por recambios parciales y aumentando el sombreado puede ayudar a resolver el problema. Chlorella como fuente alimentariaHacia fines de los 1940s y comienzos de los 1950s, Chlorella' fue vista como una nueva y promisoria fuente primaria de alimento, y posible solución a la fantasía de no resolución de la crisis de hambre mundial. Mucha gente, en esos años, supuso que el hambre del mundo era un problema de crecimiento y veía a Chlorella como una vía para finalizar con tal crisis, proveyendo cantidades enormes de aliemnto de alta calidad a relativamente bajo costo.[2] Siguiendo con esta hipótesis insustancial del boom del descontrol poblacional en los 1940s, Chlorella aparecía como la bendición al hambre global, a la luz del veloz crecimiento poblacional de la postguerra. Muchas instituciones potenciaron sus estudios sobre el alga, incluyendo la Institución Carnegie, la Fundación Rockefeller, el National Institutes of Health, Universidad de California, la Comisión de Enería Atómica de EE.UU., Universidad de Stanford. Y muchos en el mundo se estaban muriendo de hambre, y la catástrofe maltusiana era una hipótesis creída, y que el hambre era producto de la guerra y de la inhabilidad de la tecnología humana mundial de producir suficiente alimento para soportar la creciente incrementada población mundial. En 1946, la FAO afirmó que se debía producir 25-35 % más alimento en 1960 que en 1939 para equilibrar el aumento poblacional, mientras que las mejoras en la salubridad debían subir un 90-100 % de incremento (Belasco, 612). Debido al costo de la carne y a más energía para producir, los defectos proteínicos eran un tema. Incrementando el área de cosecha, no llevaría a ganar en el aumento de alimento a la población. El Ministerio de Agricultura de los Estados Unidos USDA calculaba que para alimentar a la población de EE.UU. en 1975, se iban a necesitar 80 millones de ha (800.000 km²) más de tierras, pero solo había 45 más. Un solo camino para apropiarse de alimentos vía el incremento del área sembrada-cosechada era inviable. La esperanza restaba solamente en tecnología nueva agronómica. y los investigadores se lanzaron a explorar el desconocido recurso marítimo.
Últimamente, los científicos descubren que Chlorella tiene muchas más dificultades en producir que lo previamente "imaginado":
El problema de la necesidad de más alimentos para un mundo hambriento de los años 1940 fue resuelto con mejor eficiencia de cultivo y no con un "superalimento" tipo Chlorella. Chlorella aún puede hallarse en raras ocasiones de compañías que promueven los efectos del "Super Alimento Chlorella".[3] NutriciónSe creía en los 1940s que al contrario que muchas otras plantas, la proteína de Chlorella’ era “completa” por sus diez aminoácidos considerados esenciales, agregando además, calorías, grasas, vitaminas (Belasco 613). A Chlorella se le descubrió propiedades antimorales, en alimentación de ratas.[1][2][3] Another study found enhanced vascular function in hypertensive rats given oral doses of chlorella.[4] La verdad y la realidad de Chlorella es que su "alta proteína" para dieta humana, cuando se la manufactura pierde la mayoría de su valor nutricional por alteración/procesado, y al confirmarse esto, los pro-Chlorella deciden comunicar otros beneficios a la salud de esta alga: control de peso, prevención de cáncer, soporte del sistema inmune, fueron todos beneficios positivos atribuidos a esta alga (Belasco 608,628-630). Si bien es imposible comer por los humanos, esta alga directamente; se cree que podría darse a la dieta animal, incrementando el consumo de proteína indirectamente (Belasco 625). Fallas y erroresAunque tecnológicamente era creativo y promisorio, Chlorella resultó económicamente inviable en el mercado. La simple competencia con Spirulina, soja, granos enteros de cereales, los productos de algas no prosperan. Económicamente, en la práctica, las algas no son baratas ni fáciles de cosechar, como predecían los técnicos al mundo en los 1940s. La eficiencia de otros productos "normales" dietarios, dan vuelta al superalimento alga. Chlorella, no captura los beneficios fotosintéticos como se predecía. Luego de décadas de experimentación, Chlorella captura justo el 2,5 % — no lejos d los cultivos convencionales (Belasco, 627). Chlorella, en los 1960s se descubrió que era imposible para humanos y monogástricos (aves, cerdo) digerirlo en su estado natural.[4] Referencias
Belasco, Warren. "Algae Burgers for a Hungry World? The Rise and Fall of Chlorella Cuisine". Technology and Culture, Vol. 38 No. 3, pp 608-634 Enlaces externos
Categoría: Chlorococcales |
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