Las cisticercosis son enfermedades causadas por la presencia en los tejidos de cisticercos, metacestodos o formas larvales, juveniles o intermedias de varias especies de cestodos del género Taenia. Afectan a una amplia gama de animales, incluido el ser humano, con un alto grado de especificidad. Así por ejemplo, el metacestodo de T. saginata (una de las dos especies cuya forma adulta, que se presenta en los humanos, es llamada lombriz solitaria), conocido tradicionalmente como Cysticercus bovis, aparece en los bovinos; el llamado Cysticercus cellulosae, forma intermedia de T. solium (la otra lombriz solitaria), se observa en los suinos; el Cysticercus tenuicollis, forma juvenil de T. hydatigena, cuyo adulto se desarrolla en el perro, invade los tejidos de vacunos, ovinos y porcinos, y el cisticerco, sin nombre tradicional, de T. taeniformis, cuya forma adulta se desarrolla en los gatos, prolifera en el hígado de las ratas, entre otros ejemplos que podemos citar. Conocimientos adicionales recomendados
Cisticercosis humanaLa cisticercosis humana está producida por la infestación de los tejidos por los cisticercos de la Taenia solium, a los que se llamó, al ser interpretados originalmente como una especie distinta, Cysticercus racemus. En el ciclo vital de T. solium, el cisticerco, que, como todas las formas larvales de los cestodos aparece, por lo general, en un hospedador diferente del que aloja al individuo definitivo, es una forma intermedia en el desarrollo del parásito, entre el embrión hexacanto, presente en los huevos liberados por los segmentos maduros del gusano con las heces del hospedador, y el nuevo individuo adulto, que se desarrolla en el intestino de las personas afectadas, a partir de la ingestión de carne porcina contaminada. Cuando accidentalmente el ser humano incorpora los huevos embrionados del parásito, desarrolla las formas larvales, convirtiéndose en hospedador intermediario, pero en este caso, el ciclo se interrumpe. Puesto que el humano es el único huésped definitivo de la T. solium, la prevalencia del complejo teniasis/cisticercosis depende exclusivamente del vínculo que el hombre establece con los animales y en particular con el cerdo (principal huésped intermediario, junto con el jabalí) y, fundamentalmente, de sus hábitos higiénicos y alimentarios. PatogeniaLa cisticercosis, caracterizada por la proliferación de estos quistes o vesículas en los tejidos de diversos animales, depende de la ingestión de los huevos de los parásitos liberados al ambiente por los individuos portadores del gusano adulto, conocidos como huéspedes definitivos. La infestación en el ser humano puede ocurrir de dos maneras:
En ambos casos, el embrión liberado del huevo penetra la pared del intestino y es transportado por los vasos sanguíneos a cualquier lugar del cuerpo, donde se desarrollan los quistes. La ubicación definitiva suele ser preferentemente el tejido subcutáneo, sobre todo del pecho y la espalda, y los músculos estriados, pero puede invadir órganos como el hígado y los riñones e, incluso, el ojo y el cerebro, produciendo una enfermedad muy severa, a veces mortal. Síntomas y tratamientoLa sintomatología depende de los órganos involucrados, siendo particularmente importante su presencia en el SNC (sistema nervioso central), en cuyo caso el tratamiento requiere de la neurocirugía. Véase tambiénReferencias
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