Control de la población



El control poblacional es la práctica de limitar o de incrementar el número de miembros de determinado conglomerado o especie animal o vegetal en algún territorio. Normalmente el término se aplica al caso de reducir la cantidad de miembros de esa comunidad, pero igualmente se aplica a acciones para restringir el aumento de alguna comunidad o población, generalmente reduciendo su índice de natalidad, o aumentando el de su mortandad (pero puede ser a la inversa disminuyendo la mortandad y aumentando natalidad). De hecho el explosivo crecimiento de la población humana en las últimas décadas puede clasificarse como un “control” o “manipulación” demográfico artificialmente inducido por la tecnología y la sobreexplotación de recursos naturales.

Los seres humanos han realizado prácticas de control por milenios hacia otras especies animales, cuando las han domesticado y criado para su consumo como alimento o como explotación para obtener algún provecho o producto, tales como: transporte, lana, huevos, leche, pieles, madera, granos. También han diezmado fauna o flora que les era molesta o amenazante (maleza, arañas, serpientes, lobos, etc.). El control según su estilo e intensidad puede producir diferentes resultados, tanto positivos como negativos, tales como la eugenesia (reproducción selectiva), evolución inducida, extinción, explotación y esclavitud. Ese control suele tener consecuencias “negativas” no deseadas originalmente por la especie o clase controlada, y consecuencias “positivas” para quien ejerce el control.

Hablando del control o autocontrol que los humanos se imponen a sí mismos, o que ejercen hacia otro grupo o tribu competidora, el control poblacional puede darse por medios rudos (guerras, sitios a ciudades, epidemias, apropiación de agua, medios de producción, territorios), o por mediante estrategias relativamente suaves (adoctrinamiento, educación, religión, costumbres, leyes).

La práctica ha sido a veces voluntaria, como respuesta a la pobreza, o derivada de una ideología religiosa, pero en ciertos lugares y fechas ha sido impuesta por decisión de su propio gobierno. Esto se plantea generalmente para mejorar la calidad de vida de la sociedad o para prevenir una catástrofe Maltusiana. También puede ser motivada en nombre de la eugenesia, del racismo, y del interés económico o expansionista particular de países poderosos sobre otros más débiles (por ejemplo conquista de América por los europeos, u otros casos más actuales).

La República Popular China es uno de los ejemplos más impactantes y exitosos del control poblacional en las últimas décadas, mediante procedimientos legales y económicos, que obligan por ejemplo a pagar multas y hacerse cargo del coste de los servicios sanitarios a quienes sobrepasan los límites marcados, generalmente uno o dos hijos por pareja. En otras épocas hubo grandes masacres y guerras (métodos rudos) que también lograron fines parecidos.

Cuando una población crece demasiado y tal crecimiento sobrepasará la capacidad productiva o de suporte y no se aplica ningún tipo de control de población, necesariamente eso conducirá a alguna catástrofe o crisis, que se podría denominar de “control por la misma naturaleza”, que neutraliza el conflicto, pero desde luego a un alto costo de sufrimiento para quienes quedan en la etapa de transición.

La Migración hacia fuera o hacia adentro (emigración o inmigración) es otro estilo de control demográfico que las mismas poblaciones humanas o animales generan cuando hay falta de fuentes de alimentos, terrenos apropiados para cultivar o laborar, o un clima amenazante. Los movimientos migratorios humanos a gran escala suelen causan graves conflictos y desequilibrios entre comarcas o países.

Actualmente en algunas naciones hay diversos grupos sociales e ideologías que dicen que no existen riesgos ni problemas por la sobrepoblación y no es necesario ningún tipo de control de población, mientras otros grupos están alarmados que dicen que es un gran riesgo e insensatez no imponer o auto imponer controles demográficos.

El descubrimiento de la píldora anticonceptiva y otros fármacos y la comercialización de condones y difusión de algunas prácticas de salud femenina principalmente ha logrado que algunas poblaciones humanas puedan autorregularse mejor que si no dispusieran de esas tecnologías. Sin embargo la inercia de grandes masas humanas, las estructuras de edades y la ignorancia y falta de acceso a esos métodos, aun no han logrado frenar el aumento poblacional humano y por ese motivo es que hay quienes optan por métodos de control educativos, legales, económicos y dinámicos más efectivos y así evitar riesgos de un control natural catastrófico.

 
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