Cor pulmonale, es un término médico que denota insuficiencia cardíaca derecha. El término es usado para describir cambios en la estructura y función del ventrículo derecho como resultado de una desorden respiratorio que produzca hipertensión pulmonar en la . La hipertrofia del ventrículo derecho es el cambio principal en el cor pulmonale crónico y dilatación del ventrículo en los casos agudos, ambos consecuencia de una incrementada presión en el ventrículo derecho del corazón. Sin tratamiento, cor pulmonale puede causar insuficiencia cardíaca derecha y muerte. Conocimientos adicionales recomendados
EtiologíaPara ser clasificado como cor pulmonale, la causa debe originarse en el sistema de circulación pulmonar. Dos causas principales son:
PatofisiologíaExisten varios mecanismos que conllevan a la hipertensión pulmonar y subsecuentemente al cor pulmonale:
Edema de pulmón agudoLa causa más común del edema pulmonar agudo es el aumento de la presión capilar (desequilibrio de las fuerzas de Starling) en la microvasculatura pulmonar, causando fuga plasmática hacia el espacio intersticial.[5] Cualquier evento que curse con hipertensión venosa pulmonar ocasionará una congestión venosa y un aumentado volumen de sobrecarga al ventrículo derecho. La incapacidad del ventrículo derecho de expandir para adaptarse a ese incrementado volumen aumenta aún más el volumen venoso, y por ende retrógrada, la presión capilar. La fuga de plasma por una mayor presión hidrostática en el capilar pulmonar que en el espacio intersticial acumula líquido en el parénquima pulmonar. La suma de estas anormalidades en el pulmón y su circulación vascular es la complicación más importante producido por el edema pulmonar en la instalación del cor pulmonale.[6] ComplicacionesEl cor pulmonale retraza el flujo de la sangre desde la circulación venosa hacia la arterial. HiperemiaLa sangre se acumula en el sistema venoso, incluyendo la vena hepática, efecto llamado hiperemia. La congestión prolongada de sangre en la región centro-lobulillar del hígado conlleva a hipoxia y cambios grasos de los hepatocitos periféricos, produciendo agrandamiento voluminoso del hígado, llegando a tener hasta el doble del volumen de sangre. El aspecto cianótico combinado con islotes grasos amarillentos le da la apariencia al hígado de nuez moscada.[7] Primero el hígado se congestiona, aumenta de tamaño, se vuelve cianótico y los sinusoides, en especial en la zona centrolobulillar, se repletan de sangre. Comienza también una inflitración grasosa que termina por darle el tinte amarillento final. De persistir la deficiencia de la circulación pulmonar, se instala en las trabéculas del hígado una atrofia que suele ser cianótica. Con el tiempo se agrega una acumulación fibrótica (cicatrización) que tiende a reducir al hígado de tamaño y a endurecerlo.[8] Un proceso patológico similar ocurre en el riñones y el bazo: congestión sanguínea, atrofia cianótica y endurecimiento. En los pulmones, la hiperemia produce ingurgitación capilar, edema en el intersticio pulmonar y, como consecuencia, fibrosis entre los alvéolos y la matriz capilar, traduciendose en trastornos de la relación perfusión y ventilación pulmonar. El pulmón adopta una consistencia dura y (macroscópicamente) de color "rojo morena". El cor pulmonale puede también llevar a insuficiencia cardíaca congestiva (ICC), empeorando la respiración por razón del edema pulmonar, hinchazón de las piernas debido a edema en la periferia y hepatomegalia congestiva y dolorosa. La ICC es un indicador negativo en el pronóstico del cor pulmonale. DiagnósticoVarios exámenes son de utilidad para el diagnóstico del cor pulmonale:[9]
TratamientoLa eliminación de la causa es la intervensíon más importante. En el embolismo pulmonar, se apela a trombolisis (disolución enzimática del coágulo sanguíneo), en particular si hay trastornos del ventrículo derecho. En la EPOC, la terapia con oxígeno a larga duración puede mejorar el cor pulmonle. El edema requiere diuréticos (reduciendo el sobreuso del corazón), a veces nitratos para mejorar el flujo sanguíneo, inhibidores de la fosfodiesterasa como sildenafil y tadalafil, y ocasionalemnte inotropos para mejorar la contractilidad del corazón. Otros medicamentos ayudan a mejorar la hipertensión pulmonar, tales como la prostaciclina o sus análogos. Asimismo se han prescrito anticoagulantes y bloqueadores de los canales de calcio para las etapas iniciales del trastorno.[10] Enlaces externos
Referencias
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