Se le llama coroides o úvea posterior,[1] a una membrana profusamente irrigada con vasos sanguíneos y tejido conectivo, de coloración oscura que se encuentra entre la retina y la esclerótica del ojo. La parte más posterior está perforada por el nervio óptico y continuándose por delante con la zona ciliar. La función de la coroides es mantener la temperatura constante y nutrir a algunas estructuras del globo ocular.[2] Conocimientos adicionales recomendados
ComposiciónEn la coroides destacan:
En los humanos y otros primates, el coroides presenta una pigmentación oscura debido a la presencia de melanina y una gran abundancia de vasos sanguíneos, lo que ayuda a absorber la luz que llega al ojo y prevenir así su reflexión (que acarrearía la formación de imágenes confusas). La mala visión de los albinos se debe a la falta de melanina en esta membrana. En otros animales se encuentran partículas reflectantes sobre el coroides para ayudar a recoger luz en ambientes de oscuridad, el llamado tapetum lucidum. El efecto del ojo rojo en las fotografías es debido a la reflexión de la luz sobre el coroide. Aparece de color rojo debido a los vasos sanguíneos en la úvea. Imágenes adicionalesVéase también
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ReferenciasCategoría: Ojo |
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