Sueño



  El vocablo sueño (del latín somnum, raíz original que se conserva en los cultismos somnífero, somnoliento y sonámbulo) designa tanto el acto de dormir como el deseo de hacerlo (tener sueño). Para el acto de soñar existe la palabra específica ensueño, aunque suele utilizarse también la genérica (tener un sueño = soñar). El adjetivo correspondiente a ensueño-sueño es onírico (del griego ónar, "ensueño"). Por analogía con el ensueño (que cumple a menudo fantasías del durmiente), se llama también sueño a cualquier anhelo o ilusión que moviliza a una persona. Metafóricamente, se afirma que una parte del cuerpo se le ha dormido a uno, cuando se pierde o reduce pasajeramente la sensibilidad en la misma.

El sueño (en cuanto acto de dormir) es un estado de reposo uniforme de un organismo. En contraposición con el estado de vigilia (cuando el ser está despierto), el sueño se caracteriza por los bajos niveles de actividad fisiológica (presión sanguínea, respiración, latidos del corazón) y por una respuesta menor ante estímulos externos.

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Generalidades

  Soñar es un proceso mental involuntario en el que se produce una reelaboración de informaciones almacenadas en la memoria, generalmente relacionadas con experiencias vividas por el soñante el día anterior. El soñar nos sumerge en una realidad virtual formada por imágenes, sonidos, pensamientos y/o sensaciones. Los recuerdos que se mantienen al despertar pueden ser simples (una imagen, un sonido, una idea, etc.) o muy elaborados. Los sueños más elaborados contienen escenas, personajes, escenarios y objetos. Se ha comprobado que puede haber sueños en cualquiera de las fases del dormir humano. Sin embargo, se recuerdan más sueños y los sueños son más elaborados en la llamada fase MOR (Movimientos Rápidos de los Ojos, por sus siglas REM en inglés Rapid Eye Movement) que tiene lugar en el último tramo del ciclo del sueño.

Durante el último siglo, se ha avanzado muchísimo en el estudio científico de los sueños, ya que la tecnología ha facilitado en gran medida el acercamiento a lo que podríamos llamar "energía del sueño". Sistemas avanzados de scanners han detectado que en numerosas ocasiones los sueños son bucles de actividad cerebral que se repiten noche tras noche, y que se repiten en cada paciente, lo que indica que cada sujeto tiene una forma única e irrepetible de soñar, pues la actividad cerebral representada por ondas electromagnéticas en las pantallas de esos scanners presentan gráficas muy similares en cada paciente, y distintas entre dos de ellos.

Etapas del sueño

Los estados y las fases del sueño humano se definen según los patrones característicos que se observan mediante el electroencefalograma (EEG), el electrooculograma (EOG, una medición de los movimientos oculares) y el electromiograma de superficie (EMG). El registro de estos parámetros electrofisiológicos para definir los estados de sueño y de vigilia se denomina polisomnografía. Estos perfiles entregan dos estados del sueño:

  • Sueño de movimientos oculares rápidos (MOR),conocido también como "sueño paradójico", desincronizado o D.
  • Sueño sin movimientos oculares rápidos (NMOR). Este último a la vez se subclasifica en 4 estados:
    • La fase 1 del NMOR es la transición desde la vigilia al sueño; se le reconoce por la desaparición del patrón regular α (alfa) e instauración de un patrón de baja amplitud y de frecuencia mixta predominantemente en el intervalo theta (2 a 7 Hz), con movimientos oculares lentos "en balancín".
    • La fase 2 del NMOR se define por la aparición de complejos K y de husos de sueño superpuestos a una actividad de base similar a la del estado 1. Los complejos K son descargas lentas, negativas (hacia arriba) y de amplitud elevada que se continúan inmediatamente después por una deflexión positiva (hacia abajo). Los husos de sueño son descargas de alta frecuencia de corta duración y que presentan una amplitud característica con subidas y bajadas. La actividad ocular permanece ausente y el EMG continúa de manera similar al estado 1.
    • La fase 3 del NMOR se caracteriza por ser un sueño con más del 20% (pero menos del 50%) de actividad delta de amplitud elevada (> 75 microV)(0,5 a 2 Hz). Los husos del sueño pueden persistir, sigue sin haber actividad ocular, y la actividad del EMG permanece a un nivel disminuido.
    • En la fase 4 del NMOR, el patrón electroencefalográfico lento y de alto voltaje de la fase 3 comprende al menos el 50% del registro. Las fases 3 y 4 del NMOR se denominan en conjunto, como sueño de ondas lentas, delta o profundo.

El sueño MOR se caracteriza por un EEG de baja amplitud y de frecuencia mixta similar al de la fase 1 del NMOR. En este contexto, se producen brotes de actividad más lenta (3 a 5 Hz) con deflexiones negativas superficiales ("ondas en diente de sierra") se superponen con frecuencia a este patrón. El EOG muestras de MOR similares a las que se observan cuando la persona en cuestión permanece despierta y con los ojos abiertos. La actividad del EMG permanece ausente reflejando la atonía muscular completa de la parálisis motora descendente característica de este estado.

Interpretación de los sueños

  En muchas culturas se atribuye un valor profético al sueño, concebido como un mensaje cifrado que es necesario desentrañar. Encontramos esta creencia, por ejemplo, en la Biblia (donde José interpreta los sueños de Faraón: Génesis 41:1-36). En Grecia la oniromancia fue una actividad habitual: conservamos un manual de interpretación de sueños, el de Artemidoro, del siglo II d. C.

A principios del siglo XX, Sigmund Freud retoma la cuestión desde una perspectiva racionalista con su Interpretación de los sueños (1900). Esta obra se convirtió en uno de los libros que más influencia tuvo en el siglo XX. Al principio tropezó con una enconada resistencia, pues el psicoanálisis representaba un enorme reto para la tradición occidental. Los trabajos de Freud llamaban la atención sobre las zonas marginales del ser humano: la irracionalidad y el sexo. Freud muestra que el inconsciente (y no la conciencia) es la parte de nuestra psique que ordena todo nuestro pensar y sentir. Según sus palabras: "El yo no es el señor de su propia casa". El análisis de los sueños es para él la via regia de acceso al inconsciente. Los psicoanalistas posteriores, ortodoxos o no, persisten en este posicionamiento.

Para el psicoanálisis es importante distinguir en los sueños el contenido manifiesto y el contenido latente.

El contenido manifiesto de los sueños es la historia o sucesos tal como el soñante los vive, es un material elaborado a partir de las experiencias cotidianas y los deseos reprimidos mediante los distintos procesos de elaboración onírica. El contenido manifiesto no se encuentra en el nivel del significado sino del símbolo.

El contenido latente es el significado verdadero del sueño, el psicoanalista se esfuerza por interpretar el contenido manifiesto del sueño que el paciente le relata, para revelar el contenido latente, su significado.

Desde una perspectiva distinta a la terapeútica, el surrealismo preconiza también la observación de los sueños. Las revistas del movimiento ponen de moda la anotación de las fantasías nocturnas. En su obra Los vasos comunicantes (1932), André Breton expone su visión del fenómeno y, al mismo tiempo que reconoce la aportación de Freud, polemiza con él por encontrarla insuficiente.

El porqué de los sueños

  La hipótesis de que el sueño participa en la consolidación de la memoria reciente ha sido investigada mediante cuatro paradigmas:

  1. Efectos de la privación del sueño sobre la consolidación de recuerdos;
  2. Efectos del aprendizaje sobre el sueño post-entrenamiento;
  3. Efectos de la estimulación durante el sueño sobre los patrones de sueño y sobre la memoria, y
  4. Re-expresión de los patrones de comportamiento específico neuronal durante el sueño post-entrenamiento.

Estos estudios confirman convincentemente la idea de que el sueño está profundamente implicado en las funciones de la memoria en humanos y animales. Sin embargo, los datos disponibles aún son demasiado escasos para confirmar o rechazar inequívocamente la hipótesis recientemente expuesta de que la consolidación de memorias no-declarativa y declarativa respectivamente dependan de los procesos de sueño MOR y NMOR.

Los sueños en la historia y el arte

  El primer indicio de la curiosidad humana por el sueño se remonta a la Grecia clásica, en cuya mitología aparece Hipnos como dios de los sueños, hermano gemelo de la muerte no violenta (Tánatos) y hermano de las muertes violentas (Keres) y las diosas del destino (Moiras), entre otros. Era hijo de la noche (Nyx) y ésta salió del Caos. Analizando esta mitología podemos deducir que la visión de los sueños en esos tiempos suscitaba una inherente relación con la muerte y lo misterioso de la oscuridad y la noche. Más adelante en diferentes escritos sobre la mitología griega, aparecen los hijos de Hipnos con una de las Nereidas, (Pasitea), llamados los oniros. Éstos encarnaban cada uno de los posibles sueños, siendo liderados por Morfeo, Fobetor y Fantaso. Morfeo se aparecía solo en sueños de personalidades con forma humana, a diferencia de sus hermanos, que representaban animales, plantas o seres inanimados. Más tarde Morfeo ha pasado a sustituir a su padre, aunque según algunos autores murió asesinado por Zeus. Morfeo presenta una temática muy atractiva para el arte: ha sido esculpido por Jean-Antoine Houdon y pintado por John William Waterhouse y Nicolas Poussin. Además, es protagonista de canciones populares, como Mister Sandman de las Chordettes, basada en su leyenda, u obras escritas como las novelas y cómics creadas por el escritor Neil Gaiman de las cuales destaca The Sandman.

El sueño en los animales

El acto de soñar ha sido sólo confirmado en el Homo sapiens. Algunos animales también pasan por la fase MOR del sueño, pero su experiencia subjetiva es difícil de determinar. Parece que los mamíferos son los animales con mayor probabilidad de soñar debido a su ciclo del sueño similar al humano.

Los caballos, los patos y las ovejas pueden dormir de pie o echados. Sin embargo, no pueden experimentar Sueño MOR mientras están de la primera forma. El animal que más tiempo pasa en fase MOR durante el sueño es el armadillo. Las ballenas y delfines son diferentes a los humanos: siempre tienen que estar conscientes, ya que necesitan salir a la superficie a respirar, solo una parte de su cerebro duerme cada vez.[1]

  

Bibliografía

  • Artemidoro (1989), La interpretación de los sueños, Intr., trad. y notas de E. Ruiz García. Rev.: C. García Gual. Madrid: Editorial Gredos. ISBN 978-84-249-1393-9.
  • Breton, André (2005), Los vasos comunicantes, Traducción de Agustí Bartra. Madrid: Ediciones Siruela. ISBN 978-84-784-4869-2.
  • Freud, Sigmund (1979 (11ª reimpresión)), La interpretación de los sueños (I) (1900), Obras completas de Sigmund Freud, tomo IV. Buenos Aires & Madrid: Amorrortu editores. ISBN 978-950-518-580-1.
  • – (1979 (2ª edición, 10ª reimpresión)), La interpretación de los sueños (II) y Sobre el sueño (1900-1901), Obras completas de Sigmund Freud, tomo V. Buenos Aires & Madrid: Amorrortu editores. ISBN 978-950-518-581-8.
  • Homero (siglo VIII a. C.), La Ilíada, wikisource contiene el texto completo de La Ilíada.
Notas
  1. Mukhametova LM, Supina AY, Polyakovaa IG (1977-10-14). "Interhemispheric asymmetry of the electroencephalographic sleep patterns in dolphins". Brain Research 134 (3): pp. 581-584. DOI:10.1016/0006-8993(77)90835-6. PMID 902119. Consultado el 2007-03-28.

Véase también

Enlaces externos

Wikiquote

  • Wikiquote alberga frases célebres de Sueño.
  • Tratamiento natural de los desórdenes del sueño
  • Pautas para conciliar el sueño

be-x-old:Сонgan:睏覺

 
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