Los foraminíferos son protistas rizópodos. Su protoplasma está diferenciado en un endoplasma y un ectoplasma del cual emergen pseudópodos retráctiles que el organismo usa para la locomoción, captura de presas y creación de su esqueleto calcáreo (concha). Este esqueleto intraectoplásmico es la característica más sobresaliente de los foraminíferos, y el motivo de que sean susceptibles de fosilizar con relativa facilidad. El esqueleto está constituido por cámaras interconectadas por poros llamados forámenes (foramina) que, además, dan el nombre al grupo. El interior de las cámaras se encuentra forrada por una película orgánica de naturaleza desconocida, pero próxima a la quitina. El filo Foraminifera suele considerarse como el más importante de los grupos de microfósiles marinos debido a que son organismos muy abundantes en los sedimentos marinos y presentan una gran diversidad de especies, y su gran utilidad en los estudios de tipo biostratigráfico, paleoecológico, paleoceanográfico, etc. Conocimientos adicionales recomendados
Ciclo reproductivoLos foramíniferos presentan una alternancia generacional que se traduce en dos morfologías diferentes (dimorfismo). Así, en el ciclo reproductivo, existen dos generaciones diferentes:
La forma microsférica es conservadora en el sentido ontogenético, pues recapitula el desarrollo filogenético del grupo. Por el contrario, la forma megalosférica es progresiva, al comenzar directamente su desarrollo en formas evolutivamente avanzadas. Entre las poblaciones actuales la proporción de esquizontes es mucho mayor que la de gamontes, lo que indica que la reproducción sexual es más excepcional. Ecología
Los foraminíferos presentan dos modos de vida claramente diferenciados: bentónico y planctónico, viviendo en el sedimento o en la columna de agua. Los foraminíferos bentónicos, cuyos primeros fósiles datan de finales Precámbrico, pueden ser tanto sésiles como vágiles. Según la posición que ocupan en el sedimento se pueden clasificar en epibentónicos o endobentónicos (epifaunales o infaunales, respectivamente). Dos parámetros ambientales son los principales responsables en determinar la profundidad en la que un foraminífero vive y su abundancia, la disponibilidad de oxígeno y la cantidad de alimento disponible. Se valen de sus pseudópodos o de secreciones calcáreas para fijarse al sustrato. La mayoría son marinos y estenohalinos (i.e., toleran pequeñas variaciones en los niveles de salinidad de las aguas). Algunos foraminíferos con conchas de tipo aporcelanado en ambientes hipersalinos (salinidad > 35‰), mientras que algunos foraminíferos aglutinados o hialinos prefieren aguas salobres, incluso algunos son capaces de adaptarse a las más variadas condiciones de salinidad (salvo lagos).
Los foraminíferos planctónicos son mucho menos diversos que los bentónicos (con alrededor de 40 especies modernas) además de presentar un menor registro geológico, ya que los primeros fosiles son del período Jurasico. Son típicamente estenohalinos (salinidad entre 34 y 36‰). Suelen ocupar la zona fótica, y durante su ciclo vital algunas especies varían de profundidad (migración ontogénica). La profundidad límite suele ser alrededor de 200 m, y frecuentemente la mayor parte de las especies suele habitar a profundidades inferiores a los 50 m. Las biocenosis de foraminíferos presentan una mayor diversidad de especies y con morfologías más complejas e individuos de mayor tamaño en los ambientes tropicales y subtropicales (asociaciones politáxicas). Por el contrario, en ambientes de alta latitud las asociaciones de foraminíferos planctónicos suelen ser poco diversas, con organismos de pequeño tamaño y formas sencillas, y suelen estar dominadas por una o a lo sumo dos especies (asociaciones oligotáxicas). Los foraminíferos son utilizados como indicadores de la profundidad de la columna de agua, la temperatura, productividad, volumen total de hielo así como características geoquímica del agua (pH, concentración de metales trazas), y contaminación del medio. La conchilla
Tradicionalmente la taxonomía en foraminíferos ha estado basada en la morfología y geometría de sus conchillas o testas:
Las conchas de los foraminíferos pueden estar constituidas por:
Los cristales de las conchas "imperforadas" aporcelanadas son de muy pequeño tamaño (0,1-2µm), con formas aciculares o globulares y dispuestos aleatoriamente. Al no existir paralelismo entre sus ejes ópticos, con el microscopio con luz transmitida la concha se ve negra y opaca, mientras que con luz reflejada se ve blanca y brillante. Las conchas aporcelanadas suelen tener pseudoporos que no suelen atravesar la concha por completo. Las conchas hialinas ("perforados"), se caracterizan por su transparencia, que es el resultado de la delgadez de las paredes en las conchas granulares, o de la disposición regular de los cristales con un eje óptico perpendicular a la superficie del concha en las fibroradiales. Existen también conchas hialinas de estructra lamelar, formadas por la superposición de laminas calcáreas separadas por una película de proteína. La estructura lamelar puede ser monolamelar o plurilamelar en función del número de láminas calcáreas pro cada cámara. Las conchas hialinas presentan perforaciones con diámetro, densidad y localización variables. Disposición de las cámaras en las conchillas de los foraminíferos
Las conchillas de los foraminíferos dan lugar a unos espacios llamados cámaras. El número, forma y la disposición de estas cámaras es uno de los criterios de clasificación basico en la taxonomía de estos organismos.
Las conchas pueden dar lugar a una única cámara, son las conchas uniloculares, o pueden estar formadas por varias cámaras, en este caso se trata de conchas pluriloculares.
Esta clasificación evidentemente hace referencia únicamente a las conchas pluriloculares. En el caso de las conchas uniloculares, el criterio de diferenciación es la forma de su única cámara (e.g., esférica, tubular, espiralada,…). La disposición de las cámaras puede ser:
Además de la morfología de la concha es interesante observa la forma, posición y número de otros elementos morfológicos. Estos son: Abertura principal de la concha, aberturas secundarias o accesorias, presencia de espinas, dientes, tegillas, bullas, costillas, estrías, carenas, murica, etc. Otras características interesantes son la estructura y textura superficial de la concha, la presencia o no de cuello, las suturas intercamerales, etc. GaleríaVéase tambiénEnlaces externosForaminífero Galería - Catálogo ilustrado segun género, localidad y era geológica Categoría: Foraminifera |
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