Conocimientos adicionales recomendadosAntecedentesEl Dr. Julio Yasky, manifestaba siempre que la hipertensión, con otros males cardíacos, es ahora la primer causa de muerte, antes que el cáncer con un segundo lugar, ya desplazado hoy por el Alzheimer. Yasky trabajó y colaboró con el Dr. Juan Carlos Fasciolo en sus estudios de la Renina (en Honor de este investigador (Fasciolo), del grupo Houssay, premio Nóbel Argentino 1947 por sus investigaciones sobre la hipófisis, se instituyó tras su muerte, el “Premio Dr. Juan Carlos Fasciolo” al mejor trabajo de Investigación Clínica en Hipertensión Arterial de la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial, que se sigue otorgando en la actualidad, (2005, Ver: Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial) Fasciolo, fue parte del Grupo precursor del descubrimiento de la Renina, después conocida como Hipertensina. La Historia empieza en Sumer, dicen que si dicen que no, pero para nosotros en este siglo XXI empezó hace ya más de un siglo. No menciono la remanida frase de que el hombre tiene la edad de sus arterias y que algunos atribuyen a Leonardo Da Vinci, otros a Claude Bernard, eso es la otra Historia. El adelanto de los conocimientos sobre la hipertensión arterial de origen renal representa un éxito notable de la medicina experimental en Argentina, que ilumina con nuevas luces y enfoques a la patología, abre un campo importante a las investigaciones y renueva la esperanza de poder alcanzar la prevención y curación de una de las enfermedades que más gravemente castigaba (desde que se descubrió) y castiga a la humanidad. Los conocimientos positivos sobre la hipertensión de origen renal se iniciaron cuando Bright comprobó, en sus observaciones, que la hipertrofia del corazón acompaña muchas veces a las enfermedades renales. Posteriormente al descubrirse los métodos de medición de la presión arterial fue fácil demostrar que tales enfermos eran hipertensos y que la hipertrofia o agrandamiento cardiaco era una consecuencia de la hipertensión. No hubo nuevos adelantos importantes en el conocimiento científico del papel del riñón, hasta que Tigerstedt y Von Bergmann en 1898, demostraron que los extractos de riñón poseían una acción hipertensora, y llamaron Renina a la sustancia impura que producía tal efecto. En esa época quedó demostrada la acción vasoconstrictora de los extractos de tres órganos: glándula suprarrenal, glándula hipófisis y riñón. No se puede dejar de mencionar que contemporáneamente a comienzos del siglo XX,aparece en Canadá el concepto de Stress. Hans Selye se graduó médico investigador realizó un doctorado en química orgánica en su universidad. Causaba el sometimiento a situaciones de exigencias físicas extremas, lesiones en ratas debidas a numerosas circunstancias nervioso-hormonales. El descubrimiento de la adrenalina hizo concebir la hipótesis de que su hipersecreción fuera la causa de la hipertensión. La teoría suprarrenal, mejor dicho adrenalínica, fue formulada por Josué, luego Váquez y muchos otros clínicos, casi enseguida de conocerse la adrenalina. Esta teoría desvió el interés, pasando a interesar más la suprarrenal que el riñón. A Volhard corresponde gran mérito como infatigable investigador de estos problemas. Pronto se convenció de que, en lo que llamó hipertensión pálida, existía un factor vasoespástico, como lo demostraban los síntomas oculares, cerebrales y de los vasos de la piel. Esa contracción exagerada de los vasos la atribuyó a una sustancia circulante en el plasma y se consagró a buscarla con ayuda de sus discípulos. Primero comprobó la imposibilidad de demostrar la presencia de un exceso de adrenalina en la sangre circulante. Más tarde, algunos de sus discípulos, como Bohn (1931), creyeron haber demostrado la presencia de sustancias vasoconstrictoras específicas en la sangre de los hipertensos. En el Instituto del grupo Houssay, nació el propósito de estudiar el problema cuando tuvieron la desgracia de perder, por una hipertensión maligna, a los 33 años, en 1922, a Juan Guglielminetti, uno de los jóvenes más capaces y talentosos que hayan trabajado en él. Se trató de producir una hipertensión experimental, de origen renal, en perros, por reducción del riñón, con resultados escasos; se hicieron nuevas tentativas (Braun Menéndez, también del grupo Houssay 1932), estrechando a la vena renal, pero las hipertensiones fueron inconstantes y pasajeras. Poco después el descubrimiento de la hipertensión permanente provocada por la sección de los cuatro nervios presorreceptores llevó la atención hacia los factores nerviosos, que desde tiempo remoto habían sido considerados como posibles causas del aumento del tono arterial. La época más actual se debe enteramente a Goldblatt que desde 1932, y en un trabajo a principios de 1934, dio a los investigadores un método sencillo y seguro para producir hipertensión arterial permanente de origen renal. Este procedimiento consiste simplemente en estrechar el diámetro de la arteria del riñón, lo que es en realidad producir una isquemia parcial o isquemia incompleta, según los términos ya consagrados por el uso. En sus hábiles manos de investigador y con el aporte de otros muchos experimentadores de diversos países, se pudo demostrar que dicha hipertensión no se debía a una acción nerviosa, ya fuera un reflejo de origen renal o una hiperactividad de los mecanismos vasoconstrictores. Las nuevas investigaciones consecutivas se realizaron principalmente en los Estados Unidos, Bélgica, Argentina e Inglaterra. En 1936 se reanudaron los estudios con Fasciolo, que con energía venció las innumerables dificultades iniciales y con quien, después de confirmar los trabajos anteriores, se pudo demostrar, en 1937, que el riñón incompletamente isquemiado de un perro hipertenso producía y vertía a la sangre una sustancia hipertensora que hoy sabemos es la renina. Esta demostración se hizo injertando el riñón por anastomosis vascular de su artería a la carótida y de su vena a la yugular, en el cuello de un perro recién nefrectomizado. Al año siguiente; con Tarquini, se comprobó que el plasma así tratado de la sangre venosa del riñón isquemiado, contenía una sustancia vasoconstrictora que no existe en el plasma de la sangre venosa normal. En ese momento el tema pasó a estudio del grupo de investigadores del Instituto de Fisiología que dirigía el Dr. Bernardo A. Houssay, bachiller a los 13, farmacéutico a los 17 años y médico Doctorado en Medicina a los 21, a cuya labor tenaz y prolija se deben descubrimientos importantes. Este grupo estaba compuesto por algunos ya mencionados como E. Braun Menéndez, J. C. Fasciolo y L. F. Leloir, premio Nóbel Argentino de Química (1970), J. M. Muñoz, A. C. Traquini, habiendo contribuido con investigaciones importantes durante tiempos más cortos J. W. Bean, R. Dell'Oro, L. Dexter, V. G. Foglia, M. Caudino, F. Huidobro, F. P. Ludueña y J. M. Moglia. Mario H. Burgos (este último continuó en EE.UU con Fawcett) y otros grupos médicos más. En 1939 se llegó a un descubrimiento importante casi simultáneamente en la Argentina y en los Estados Unidos. Braun Menéndez, Fasciolo, Leloir y Muñoz, extrajeron de la sangre venosa del riñón isquemiado una sustancia que llamaron hipertensina, la que se produce por acción de la renina sobre una globulina del plasma a la que llamaron hipertensinógeno o precursor de la hipertensina. Comprobaron que esa misma hipertensina se produce incubando "in vitro" la renina con el hipertensinógeno; además demostraron que el riñón segrega renina, que de por sí no contrae a los vasos, pero que en contacto con el hipertensinógeno del plasma sanguíneo produce rápidamente la hipertensina, que es la sustancia vasoconstrictora. Aportaron pruebas en favor de que la reacción es de tipo enzimático. La demostración dada por Page y sus colaboradores en la misma época, si bien tuvo otro origen, llegó a iguales resultados. Comprobaron que la renina no poseía acción vasoconstrictora, cuando se perfundía en solución salina al través de un sistema vascular aislado y superviviente; pero la adquiría cuando se le agregaba suero o plasma. Supusieron primero que el plasma contuviera un activador de la renina, pero más tarde comprobaron que la aparición del poder vasoconstrictor se debía a que se formaba una sustancia nueva, que llamaron angiotonina. En algún momento de esta historia aparece la Rauwolfia Serpentina como hipotensor, derivado de una raíz de la planta homónima que masticaba permanentemente el “Mahatma Gandhi” (Mohandas Karamchand Gandhi), se usa su alcaloide, la reserpina, tiene efectos secundarios indeseables y el no ser siempre efectiva, (entre otras cosas produce impotencia en el hombre), hicieron que se continuaran los estudios en búsqueda de la solución y en ello colaboró con la ciencia ya hasta el prematuro fin de sus días el Dr. Julio Yasky. El llegó a conocer investigaciones con dilatadores coronarios que como tantas drogas modernas resultan con destinos diferentes al inicial (viagra por ejemplo). Actualmente se está usando en el tratamiento del Mieloma, la tristemente recordada “Talidomida” excluida del uso humano por sus consecuentes deformaciones genéticas, que padecen muchos hoy adultos, con agenesia de miembros y otras deformidades, investigación experimental al fin, la de la Talidomida), y como decíamos conoció Yasky, el citrato de sildenafilo (Viagra), anticipadamente a su descubrimiento como tratamiento de la “disfunción erectil” con una permanente intercomunicación con investigadores de diversos laboratorios del mundo. Esta parte de la historia aún no termina, ya el Dr. Yasky, a quien la muerte truncó su carrera prematura, también había estudiado los efectos de la sal (ClNa), en razas que por milenios vivieron con su dieta privados de sal y que ahora son precoces víctimas de la hipertensión, por la abundancia de sal o cloruro de sodio en la actual alimentación o dieta, como es el caso de razas trasladadas de África al continente americano no muchas generaciones atrás y que sufren con elevada frecuencia hipertensión, atero y arteriosclerosis, luego hipertrofia cardíaca, insuficiencia izquierda del corazón, luego insuficiencia derecha y muerte, por mencionar el camino más común y abreviado de la hipetensión hacia la muerte. También ligado con el anteriormente mencionado stress, se observó en combatientes de la Guerra de Vietnam, que las autopsias realizadas a jóvenes de 18 a 20 años, muertos en combate, presentaban a tan temprana edad grandes ateromas arteriales, solo vistos normalmente en adultos de mayor edad o en defectos por razones genéticas o adquiridas. Véase también
Categoría: Patologías del sistema circulatorio |
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