El insomnio es una de las enfermedades del sueño más comunes.
Aunque generalmente se concibe el insomnio únicamente como la dificultad para iniciar el sueño, lo cierto es que la dificultad para dormir puede tomar varias formas:
- Dificultad para conciliar el sueño al acostarse (insomnio inicial, el más común de los tres).
- Despertarse frecuentemente durante la noche (insomnio intermedio).
- Despertarse muy temprano por la mañana, antes de lo planeado (insomnio terminal).
Esto impide la recuperación que el cuerpo necesita durante el descanso nocturno, pudiendo ocasionar somnolencia diurna, baja concentración e incapacidad para sentirse activo durante el día.
Varios son los determinantes de este trastorno de sueño. Factores como el estrés, la elevada activación del organismo o la depresión son relevantes. En la actualidad, es frecuente la prescripción de fármacos para el tratamiento a corto plazo del insomnio. Sin embargo, no constituye una solución adecuada a mediano y largo plazo, prefiriéndose evaluar en estos casos otras técnicas, como la terapia conductual o cognitiva. Un asunto de primer orden en el abordaje de esta trastorno (el insomnio es en realidad un síntoma, y no una enfermedad) consiste en instruir al paciente acerca de los principios de la llamada profilaxis o higiene del sueño.
Conocimientos adicionales recomendados
Higiene del sueño
Algunas de las pautas profilácticas más conocidas son las siguientes:
- La cafeína es un estimulante del sistema nervioso y se debe interrumpir su consumo 4-6 horas antes de acostarse (dentro de ese lapso sigue habiendo, en la sangre, trazas de esta sustancia que, al menos en algunas personas aparentemente más susceptibles, siguen provocando insomnio, ansiedad, intranquilidad, nerviosismo). Además, aunque no provoca adicción (dependencia física en el organismo), sí puede provocar una dependencia psicológica.
- La nicotina también es un estimulante del sistema nervioso (y no, como suele creer quien fuma consuetudinariamente, un tranquilizante) y debe evitarse cerca de la hora de acostarse y en los despertares nocturnos. Además, provoca adicción (dependencia física).
- El alcohol es un depresor del sistema nervioso; si bien puede facilitar el inicio del sueño, provoca despertares a lo largo de la noche. Además, provoca adicción (dependencia física).
- Una comida ligera puede inducir al sueño, pero una comida copiosa en un momento demasiado cercano al sueño puede hacer que éste sea menos profundo, si bien es cierto que no es recomendable irse con hambre a la cama. En otras palabras, hay que tener una comida ligera.
- No hacer ejercicio vigoroso en las 3-4 horas previas a la hora de acostarse, pues el sistema nervioso se activaría y la sensación de somnolencia se perdería; el ejercicio regular por las tardes puede hacer que el sueño sea más profundo; sin embargo, el ejercicio matinal tiene poco o ningún efecto sobre el sueño de esa noche.
- Minimizar el ruido, la luz y las temperaturas extremas (no más de 24ºC ni menos de 12ºC) durante el periodo de sueño, utilizando tapones para los oídos, ruidos tenues de fondo como un ventilador, persianas en las ventanas, mantas eléctricas o aire acondicionado.
- Tratar de acostarse y despertarse más o menos a la misma hora todos los días. Se ha demostrado que cambios constantes en los horarios de sueño aumentan la probabilidad de que en algunas personas se generen dificultades graves y crónicas para dormir.
Tipos de insomnio
Existen diversas clasificaciones dentro del insomnio, según la duración del trastorno, por la severidad con la que se presente, o su forma de presentarse:
- Por duración se puede distinguir entre el insomnio transitorio o agudo (dura menos de 4 semanas), el insomnio a corto plazo o subagudo (más de 4 semanas, pero menos de 3-6 meses)y el insomnio a largo plazo o crónico (más de 3-6 meses)
- Por su severidad se distingue entre el insomnio leve o ligero, con el que existe un mínimo deterioro de la calidad de vida, el moderado, que se da cada noche y en el que empiezan a surgir ciertos signos del deterioro de la calidad de vida con síntomas como irritabilidad, ansiedad, fatiga…, y el severo, en el que los síntomas se sufren con mayor intensidad y por tanto la calidad de vida se ve algo más afectada.
- Por su forma de presentarse diferenciamos entre el insomnio inicial o de conciliación (al conciliar el sueño), el medio o de mantenimiento del sueño (cuando no se puede dormir toda la noche seguida) y el terminal o de final de sueño o de despertar precoz (despertar antes de que acabe la noche).
Causas del insomnio
El insomnio puede venir provocado por muchas causas diferentes:
- Situaciones de estrés temporal, debido a problemas o preocupaciones laborales, familiares, económicos etc.
- Las condiciones del hábitat en el que se descansa.
- Hábitos irregulares del sueño, así como cambios frecuentes de horarios a la hora de irse a dormir o de levantarse.
- Malos hábitos alimenticios: cenas copiosas, hambre...
- Consumo de sustancias como té, café, alcohol, bebidas con cola, tabaco y otras drogas.
- Tras intervenciones quirúrgicas, y las patologías orgánicas que vienen acompañadas de dolor pueden ser causantes de muinchos insomnios.
- Deprivación alcohólica o a otras sustancias depresoras
- Efecto secundario de medicamentos
Curiosidades
Insomnio es el título de un poema del escritor y académico español Dámaso Alonso en el que se describe el Madrid de la postguerra.[1]
Referencias
- ↑ Poema Insomnio, de Dámaso Alonso. Texto y audio.
Véase también
Enlaces externos
- Más información sobre Depresión en Forumclinic (información ofrecida por especialistas del Hospital Clínic de Barcelona)
- El insomnio y consejos para combatirlo
- Consejos claves para combatir el insomnio
- Insomnio Cuales son los peligros de padecerlo
- Cómo combatir el insomnio Información sobre sus causas y los diferentes tratamientos
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