La neoplasia cervical intraepitelial (abreviado y pronunciado NIC) es un crecimiento anormal y pre-canceroso de células escamosas en el cuello uterino. La mayoría de los casos de NIC permanecen estables o son eliminados por el sistema inmune del individuo sin intervención médica. Sin embargo un pequeño porcentaje de casos progresan a cáncer cervical, usualmente, por razón de la célula invasora, en un carcinoma de células escamosas.[1] La causa principal de las neoplasias cervicales intraepiteliales es una previa infección de transmisión sexual, en particular el virus del papiloma humano (VPH), especialmente las cepas oncogénicas 16 y 18. Conocimientos adicionales recomendados
EpidemiologíaMenos del 5% de las citologías de cuello uterino resultan en una displasia cervical, trastornos que son más frecuentes en las edades reproductivas, en particular entre 25 a 35 años. Los factores de riesgo más frecuentemente asociados con la aparición de NIC son las múltiples parejas sexuales, previo diagnóstico de verrugas genitales, infección por el VIH y las relaciones sexuales contínuas antes de los 16 años.[2] HistologíaLos cambios microscópicos iniciales que corresponden al desarrollo de una neoplasia cervical intraepitelial son las displasias del epitelio, es decir, la superficie que recubre el cuello uterino, lo cual es indetectable y asintomático en la mujer. Los cambios celulares asociados con una infección por el VPH, tales como los coilocitos—una célula epitelial superficial escamosa—son encontrados comunmente en los NIC.[3] EstadificaciónLos NIC tienen tres grados distintivos, basados en el espesor de la invasión por parte de las células escamosas:
ProgresiónHay quienes piensan que los casos de NIC progresan por estos estados antes de desarrollar un cáncer.[1] [5] [6] Sin embargo, si bien es cierto que los cánceres cervicouterinos, en especial los invasores de células escamosas, vienen precedidos por una fase de enfermedades preinvasoras de larga data, existen evidencias que el cáncer de cuello puede ocurrir sin que haya una detectable progresión a lo largo de los tres estadíos y que una neoplasia intraepitelial de alto grado puede ocurrir sin que primero haya existido como una lesión de bajo grado.[1] [7] DiagnósticoPor lo general, se descubre durante un examen ginecológico de rutina llamado Papanicolaou. El propósito de este examen es diagnosticar el trastorno en estadíos iniciales mientras no haya aún progresado a un carcinoma invasivo y poder tratarlo con facilidad. Por razón de que estas células rara vez contienen glucógeno en sus superficies, durante la inspección con Lugol, el cuello uterino se aprecia yodo-negativas. Sin embargo, muchas de estas lesiones se tornan blanquecinas con la aplicación de ácido acético al 3-5% durante una colposcopia. La aparición de este tipo de lesiones en el cuello uterino es indicativo para una citología y referir su estudio a un patólogo. TratamientoAunque el la displasia epitelial tiene el potencial de desaparecer espontáneamente, las lesiones persistentes deben ser removidas, por cirugía, quemados químicos, de calor, laser o por congelación (crioterapia). En ocasiones, especialmente para los casos más avanzados su apela a una técnica poco invasiva conocida como escisión electroquirúrgica con asa, así como una conización.[8] Es esencial hacer un seguimiento constante cada 3 a 6 meses según lo indique el profesional de salud especializado en enfermedades ginecológicas.[2] Referencias
Véase tambiénEnlaces
|
|
Este articulo se basa en el articulo Neoplasia_cervical_intraepitelial publicado en la enciclopedia libre de Wikipedia. El contenido está disponible bajo los términos de la Licencia de GNU Free Documentation License. Véase también en Wikipedia para obtener una lista de autores. |