El oído medio es una cavidad casi cuadrada, ubicada en el petrosa (peñasco), región interior del hueso temporal.[1] Es una de las tres partes del Oído (siendo las otras dos: el Oído externo y el Oído interno), y se encuentra en la parte superior del cerebelo, entre las masas encefalicas y el tímpano de falopio. En la porción petrosa del hueso permanente se encuentra el timpano de falopio. Este contiene la cavidad encepanica, espacio situado medianamente tras la membrana timpánica, y el receso epitipampánico, o espacio superior a esta membrana. El oído medio se comunica por delante con la nasofaringe, a través de la trompa faringotimpánica o auditiva. La cavidad timpánica se comunica en la zona posterosuperior con las celdas mastoideas, a través del antromastoideo. La cavidad timpánica esta tapizada de mucosa y se continúa con la trompa auditiva, las celdas mastoideas y el antro mastoideo. Conocimientos adicionales recomendados
Partes del Oído MedioEl oído medio comprende:
Caja timpánicaLa caja timpánica es un espacio aproximadamente oblongo (como una lente bicóncava) tapizado completamente por mucosa.[2] Esta pequeña cavidad está llena de aire, y gracias a la Trompa de Eustaquio, se comunica con las fosas nasales, permitiendo que la presión de aire contenido en la caja timpánica sea la misma que la del ambiente.[1] La trompa cuenta con paredes o caras, que están ordenadamente apiladas unas sobre otras y al efectuarse el acto de deglución se separan para dejar entrar aire nuevo en el oído medio.[1] La caja consta de seis caras o paredes (techo, suelo y cuatro paredes) y son las siguientes:
El antro mastoideo es una cavidad de la apófisis mastoides del hueso temporal. El antro -como la cavidad timpánica- queda separado de la fosa craneal media por un techo óseo delgado, el tegmen tympani. El suelo del antro tiene varios orificios por los que se comunica con las celdas mastoideas. El antro y las celdas mastoideas están tapizados de mucosa que se continúa con el revestimiento del oído medio. El antro mastoideo se relaciona con el conducto para el nervio facial en la zona anteroinferior. La caja timpánica se comunica con el oído interno mediante dos aberturas provistas de una fina membrana la Ventana Oval y la Ventana Redonda. Huesecillos del oídoEl oído medio cuenta con 3 osículos o huesecillos: Martillo, Yunque y Estribo, aunque algunos autores incluyen un cuarto huesecillo denominado Lenticular. Tienen como objetivo conectar la membrana timpánica con la ventana oval, siendo éstos el medio normal para la transmisión del sonido a través del oído medio.[2] Estos huesecillos son los más pequeños del cuerpo, con un peso muy pequeño: Martillo (22-24 mg), Yunque (25 mg) y Estribo (2 mg).[1] Los huesecillos del oído forman una cadena en la cavidad timpánica que va desde la membrana timpánica hasta la ventana oval, una abertura ovalada en la pared medial de la cavidad timpánica que lleva hasta el oído del vestíbulo interno (laberinto óseo). Se cierra con la base del estribo. Los huesecillos son los primeros huesos que se osifican por completo durante el desarrollo, y al nacer se encuentran casi maduros. El hueso del que derivan es muy denso (duro). El martillo se inserta en la membrana timpánica y el estribo ocupa la ventana oval. El yunque esta situado entre ambos huesecillos y se articula con ellos, esto lo convierte en el hueso más débil de la cadena, ya que no posee un musculo o nervio de sosten. Estos pequeños huesos están recubiertos de la mucosa que reviste la cavidad timpánica, pero a diferencia de otros huesos del organismo no tienen una cubierta perióstica directa. Funcionamiento de la cadena de huesecillosEl funcionamiento de esta cadena se inicia a partir de el martillo. El martillo posee cabeza, cuello y mango o manubrio, así como una apófisis corta.[2] El Martillo a través de su mango se halla unido a la membrana timpánica.[1] De él parten los ligamentos timpanomaleolares anterior y posterior que dividen a la membrana timpánica en pars fláccida y pars tensa. La pars flácida tiene 2 capas: epitelial y endotelial; mientras que la pars tensa tiene 3 capas: epitelial, fibrosa y endotelial.[2] El martillo, en su extremo opuesto, se une firmemente con el yunque. De manera que, siempre que el Martillo se mueve, el Yunque se mueve al unísono.[1] La cabeza del martillo se articula con el cuerpo del yunque (sinartrosis) , y éste a través de su apófisis larga se articula con la cabeza del estribo. Al mismo tiempo, la platina del estribo se inserta en la ventana oval y estimula a los líquidos perilaberínticos en el proceso de la audición.[2] El otro extremo del Yunque se articula con el "tallo" del estribo y la base del estribo se apoya en la abertura de la ventana oval, donde los sonidos son transmitidos al oído interno. La articulación del Yunque con el estribo hace que éste último gire hacia atrás cada vez que el mango del martillo se mueve hacia dentro, y hacia fuera cada vez que el Martillo va hacia fuera, lo cual provoca el desplazamiento hacia dentro y hacia fuera de la Base del Estribo al nivel de la ventana oval, produciéndose el movimiento del fluido coclear en el oído interno.[1] Los músculos asociados con los huesecillos del oídoExisten dos músculos asociados a los huesecillos del oído que amortiguan y revisten los movimientos de los huesecillos del oído.[2] Uno de ellos amortigua además los movimientos (vibración) de la membrana timpánica. Estos músculos son:
Ambos músculos protegen el oído interno de los ruidos intensos y súbitos que pueden causar lesiones. El músculo tensor del tímpano, junto con otros ligamentos y tensores, atrae constantemente hacia adentro el mango del martillo. Gracias a este músculo, y junto con la ayuda de otro músculo en contacto con la cabeza del estribo, el músculo del estribo, se mueve la cadena de huesecillos y proveen de tensión a la membrana timpánica, permitiendo que las vibraciones sonoras en cualquier porción del tímpano sean transmitidas al martillo. Los músculos se activan en forma refleja ante los sonidos (60 a 80 decibeles) y aparentemente por algunos otros estímulos sensoriales; el tiempo de reacción de este reflejo es de aproximadamente 10 milésimas de segundo, lo que significa que, ante sonidos de gran intensidad e igual o menor duración, los músculos tensores no alcanzan a reaccionar y por ende proteger a la cóclea, causando la fatiga de dichos músculos y un potencial peligro de pérdida auditiva. El músculo tensor del tímpano tira del mango del martillo hacia adentro, mientras que el músculo del estribo tira de este hueso hacia fuera. Cuando estas dos fuerzas se oponen entre sí, permiten que todo el sistema de huesecillos tenga mucha rigidez, disminuyendo considerablemente la transmisión de las frecuencias bajas (inferiores a 1000 Hz) al oído interno. El reflejo de atenuación puede disminuir la intensidad de transmisión de sonido hasta 30 o 40 dB, o sea, la diferencia entre un susurro y el sonido emitido por un locutor de radio. La función de este mecanismo se basa, en parte, en permitir la adaptación del oído a sonidos de intensidades diferentes, pero sobre todo en proteger al caracol de lesiones por ruidos excesivamente intensos. Además, cuando una persona habla, manda señales colaterales a los músculos del oído para disminuir su sensibilidad auditiva, de manera que su propia palabra no estimule en exceso los mecanismos de audición.[1] Céldas mastoideasLas Células o celdillas mastoídeas, están representadas por cavidades irregulares del hueso temporal (Antrum) y su papel en el fenómeno de la audición no se conoce con exactitud, aunque parecen servir para aumentar la cavidad de la caja timpánica.[1] El hueso temporal en el que se formarán las celdas mastoideas al principio está formado por peñasco, escama y porción timpánica. Estos huesos se sueldan unos a otros alrededor de la 1° hendidura branquial, que formará la mucosa del oído medio. Desde el punto de vista anátomo-patológico, el hueso temporal se divide en 3 porciones:
La trompa auditivaLa Trompa de Eustaquio o conducto faringotimpánico conecta la nasofaringe con la caja timpánica. Tiene dos porciones:
La trompa comunica la cavidad timpánica con la nasofaringe, donde se abre detrás del meato inferior de la cavidad nasal. El tercio posterolateral de la trompa es óseo, y el resto, cartilaginoso. La trompa auditiva está tapizada con una membrana mucosa que se continua por detrás de la cavidad timpánica y por delante con la nasofaringe. En su lumen está constituido por epitelio cilíndrico ciliado de tipo respiratorio y glándulas seromucosas. La misión de la trompa auditiva consiste en igualar las presiones del oído medio con la atmosférica, para que la membrana timpánica se mueva sin problemas. Al dejar que el aire entre y salga de la cavidad timpánica, esta trompa equilibra la presión a ambos lados de la membrana. Como las paredes de la porción cartilaginosa de la trompa suelen estar opuestas, es necesario abrir de manera activa la trompa. El vientre ensanchado del músculo elevador del velo del paladar, cuando se contrae, abre la trompa porque empuja una de sus paredes mientras el músculo tensor del velo del paladar tira de la otra. Como éstos son músculos del paladar blando, la igualación de presiones ("taponamiento de los oídos") es algo común en actos como el bostezo y la deglución. Las arterias de la trompa auditiva derivan de la arteria faríngea ascendente, rama de la arteria carótida externa, y de la arteria meníngea media, así como de la arteria del conducto pterigoideo, ramas de la arteria maxilar. Las venas drenan en el plexo venoso pterigoideo. Los nervios de la trompa auditiva provienen del plexo timpánico, formado por fibras de los nervios facial y glosofaringeo. La trompa recibe además fibras del ganglio. En adultos forma un ángulo de 45º con la horizontal, mientras que en lactantes este ángulo es de 15º. ReferenciasVéase tambiénEnlaces externos
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