La otomicosis es un término médico que se emplea para nombrar las infecciones de la piel del conducto auditivo externo. Las bacterias son las principales causantes de infecciones del oído externo, en particular las Pseudomonas y le siguen los hongos los cuales causan infecciones importantes tanto en personas inmunosuprimidas como inmunocompetentes.[1] Pueden ser infecciones agudas como pueden ser crónicas. El canal auditivo externo, un conduto (tubo) curvo de cerca de 2.5 cm de longitud que se encuentra en el hueso temporal. Además está compuesto por folículos pilosos, glándulas sebáceas que son las glándulas productoras de cerumen y glándulas de ovillo que son las glándulas que dan color al cerumen. La piel del oído externo es muy similar a la piel del resto del cuerpo y presenta una flora bacteriana normal. Conocimientos adicionales recomendados
EpidemiologíaLa otomicosis representa un 10% de todas las otitis externas y afecta a cualquier edad, raza y sexo. En edades mayores de 50 años, predomina en las mujeres mas que en los hombres. Ciertas condiciones y enfermedades como eczema, seborrea, el uso prolongado de gotas antibióticas y psoriasis favorecen el que el hongo se establezca patológicamente en el oído.[2] EtiologíaLa causa más frecuente de infección por hongo del oído externo es por el género Aspergillus (80-90%) seguido de Candida.[3] Manifestaciones clínicasPrurito, descamación y exudación purulenta y otorrea densa y cremosa.[4] El rascado por la picazón y la sensación de cuerpo extraño produce eritema, edema, excoriaciones costras y fisuras en el conducto auditivo. Al avanzar la infección se encuentran dificultades para masticar, tinnitus y dificultad para oír (hipoacusia). No es fuera de lo común que aparezcan adenopatías de los gánglios gánglios regionales. El debridamiento produce material de diversos colores (negro, gris, verde azulado, amarillo).[5] DiagnósticoAl diagnóstico correcto se llega con una combinación de la exploración física y el examen micológico de material obtenido del conducto auditivo externo. La presencia de hifas, conidióforos y conidios sugiere la presencia de hongos, en especial Aspergillus. El cultivo a temperatura ambiente en medio de Sabouraud o Agar glucosado con antibacterianos producirá colonias planas, polvorientas y aterciopeladas de color negro, verde o amarillento confirma la infección por A. niger, A. fumigatus y A. flavus respectivamente. RiesgoLas hongos rara vez causan infección del oído externo, cuando lo hacen los siguientes factores de riesgo se han presentado para crear la oportunidad de infección:
Referencias
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