La oxigenoterapia es una medida terapéutica que consiste en la administración de oxígeno a concentraciones mayores que las que se encuentran en aire del ambiente, con la intención de tratar o prevenir los síntomas y las manifestaciones de la hipoxia. El oxígeno utilizado en esta terapia, es considerado un fármaco gaseoso. Conocimientos adicionales recomendados
IntroducciónSe define como oxigenoterapia el uso terapeútico del oxígeno siendo parte fundamental de la terapia respiratoria. Debe prescribirse fundamentado en una razón válida y administrarse en forma correcta y segura como cualquier otra droga. A diferencia de la terapia hiperbárica, el tratamiento con oxígeno normobárico es más sencillo y de aplicación más corriente en clínicas. AntecedentesEn condiciones normales el estímulo nervioso que regula el ritmo respiratorio está ligado a la existencia de quimioreceptores que son sensibles a la concentración de CO2, de iones hidrógeno y de oxígeno en el organismo. En el hombre los quimioreceptores están localizados primordialmente en las grandes arterias del tórax y del cuello; la mayor parte se enciuentran en los cuerpos carotídeos y aórtico. En la persona en un estado de hipoxia crónica los receptores sensibles al dióxido de carbono son ineficaces y el único estimulo para respirar es la tasa de oxígeno. Objetivo de la terapiaLa finalidad de la oxigenoterapia es aumentar el aporte de oxígeno a los tejidos utilizando al máximo la capacidad de transporte de la sangre arterial. Para ello, la cantidad de oxígeno en el gas inspirado, debe ser tal que su presión parcial en el alvéolo alcance niveles suficiente para saturar completamente la hemoglobina. Es indispensable que el aporte ventilatorio se complemente con una concentración normal de hemoglobina y una conservación del gasto cardiaco y del flujo sanguíneo tisular. El efecto directo es aumentar la presión del oxígeno alveolar, que atrae consigo una disminución del trabajo respiratorio y del trabajo del miocardio, necesaria para mantener una presión arterial de oxígeno definida.[1] Hipoxia celularLa hipoxia celular puede deberse a:
En pacientes con hipercapnia crónica (PaCO2 + 44 mm Hg a nivel del mar) existe el riesgo de presentar depresión ventilatoria si reciben la oxigenoterapia a concentraciones altas de oxígeno; por lo tanto, está indicado en ellos la administración de oxígeno a dosis bajas (no mayores de 30%). IndicacionesLa oxigenoterapia debe ser aplicada cuando existe disminución de la cantidad de oxígeno en la sangre, ya sea por insuficiencia respiratoria, circulatoria, anemia, atmósfera enrarecida con humos o gases, etc. La oxigenoterapia tiene un valor de utilidad en ciertas situaciones de baja de oxígeno en los que puede decidirse si la terapia con oxígeno tendrá o no valor. Hipoxia atmosféricaLa oxigenoterapia es útil para corregir por completo la concentración baja de oxígeno en los gases inspirados y, por lo tanto,proporcionar una terapéutica 100% eficaz. Hipoxia por hipoventilaciónEn estas situaciones la oxigenoterapia puede ser muy beneficioso, aumentando hasta en 5 veces el oxígeno disponible. Hipoxia de difusiónAquí la terapia con oxígeno puede aumentar la presión parcial de oxígeno en los pulmones desde un valor de 100 mm de Hg hasta 100 mm de Hg. Ello origina un gran incremento de gradiente de difusión entre alveolos y sangre; tal gradiente se eleva desde un valor normal de 60 mm de Hg hasta uno tan alto como de 560 mm de Hg, es decir, un aumento de casi el 800%. Este efecto es beneficioso en casos como el edema pulmonar, donde el pulmón puede captar hasta 8 veces más rápidamente el oxígeno.[2] Hipoxia isquémicaEs llamada hipoxia por deficiencia circulatoria. En esta, la oxigenoterapia es menos útil pues el problema en este caso es una circulación sanguínea lenta, no una falta de oxígeno. Sin embargo, la sangre normal puede portar una pequeña cantidad de oxígeno extra a los tejidos (quizá un 10% más). Incluso esta diferencia de porcentaje total puede significar salvar la vida a un paciente que ha sufrido una crisis cardiaca aguda, donde el gasto cardíaco sea muy bajo.[3] Oxígeno en enfermedades especialesTambién en enfermedades de curso lento que determinan un estado de hipoxia tisular crónica, es decir, una oxigenación insuficiente de las células, cuya supervivencia garantiza, aunque en condiciones de sufrimiento metabólico. Esta condición se presenta en ciertas formas asmáticas, enfisematosas, bronquíticas o de descompensación cardiocirculatoria. Como calcular la concentración de oxigeno en sangreSe puede hacer de dos maneras: La primera es utilizando una gasometría arterial que consiste en extraer sangre de la arteria y mirar la concentración de sangre. No es muy utilizada a causa de la molestia que le causa al paciente a menos que éste llegue inconsciente. La segunda forma es la pulsioximetria que consiste en poner un pequeño aparato en el dedo del paciente que va calculando la concentración de oxigeno en los capilares. Es la más utilizada ya que su molestia es mínima para el paciente. Dispositivos para la administración de oxígenoPacientes con respiración espontánea
Pacientes con carencia de respiración espontánea
PrecaucionesLa inhalación excesiva de oxígeno, sobre todo en casos de hipoxía crónica, podría determinar una elevación de la concentración del gas en sangre que es capaz de inhibir el estímulo que procede de los receptores sensibles. Esto deprime el ritmo respiratorio incluso en presencia de una concentración elevada de CO2. A esta situación se le conoce como evento paradójico, en el que un pequeño aumento en la concentración de oxígeno en sangre puede conducir a una parada de la función respiratoria. Para evitar un riesgo, son de utilidad los tratamientos que incluyen aparatos de gimnasia respiratoria Véase también
Referencias
Enlaces externos
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