Pie diabético



Dentro de las complicaciones derivadas de la Diabetes encontramos el "Pie diabético". La "Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular" definió en 1997 el Pie Diabético como una Alteración clínica de base estiopatogénica neuropática e inducida por la hiperglucemia mantenida, en la que con o sin coexistencia de isquemia y previo desencadenante traumático, produce lesión y ulceración del pie

Dos años más tarde, en el "Consenso Internacional sobre Pie Díabético" de 1999 se definió el Pie Diabético como una Infección, ulceración y/o destrucción de los tejidos profundos relacionados con alteraciones neurológicas y distintos grados de enfermedad vascular periférica en las enfermedades inferiores

Son dos de las definiciones más aceptadas y usadas habitualmente y analizándolas en detalle podemos llegar a un conocimiento más profundo de lo que significa el "Pie Diabético". Antes de ello, es importante remarcar que no debe confundirse "Pie Diabético" con el pie de una persona diabética, ya que no todos los diabéticos desarrollan esta complicación que depende en gran medida del control que se tenga de la enfermedad, de los factores intrínsecos y ambientales asociados al paciente y en definitiva del estado evolutivo de la patología de base.


COMPLICACIONES NEUROPÁTICAS DE LA DIABETES Y SU IMPLICACIÓN EN EL PIE DIABÉTICO

Cuando decimos que el Pie Diabético tiene una "base etiopatogénica neuropática" hacemos referencia a que la causa primaria que hace que se llegue a padecer un Pie Diabético está en el daño progresivo que la diabetes produce sobre los nervios, lo que se conoce como "Neuropatía". Los nervios estan encargados de informar sobre los diferentes estímulos (nervios sensitivos) y de controlar a los músculos (nervios efectores). En los díabéticos, la afectación de los nervios hace que se pierda la sensibilidad, especialmente la sensibilidad dolorosa y térmica, y que los músculos se atrofien, favoreciendo la aparición de deformidades en el pie, ya que los músculos se insertan en los huesos, los movilizan y dan estabilidad a la estructura ósea.

El hecho de que una persona pierda la sensibilidad en el pie implica que si se produce una herida, un roce excesivo, una hiperpresión de un punto determinado o una exposición excesiva a fuentes de calor y/o frío no se sientan. El dolor es, no lo olvidemos, un mecanismo defensivo del organismo que nos incita a tomar medidas que nos protejan de factores agresivos. Los diabéticos pueden sufrir heridas y no darse cuenta. Además, la pérdida de control muscular favorece como decimos la aparición de deformidades y éstas pueden al mismo tiempo favorecer roces, cambios en la distribución de los apoyos del pie durante la marcha y en definitiva, predisponer a determinados puntos del pie a agresiones que, de no ser atajadas a tiempo, pueden resultar fatales.



COMPLICACIONES VASCULARES DE LA DIABETES Y SU IMPLICACIÓN EN EL PIE DIABÉTICO

La isquemia, o sufrimiento tisular derivado de la insuficiencia arterial aguda, es frecuente en los diabéticos, como consecuencia del daño que sufren los vasos sanguíneos de éstos a causa de la enfermedad. Las arterias tienen la función de aportar nutrientes y oxígeno a las células para que éstas funcionen correctamente. El pie es una zona de riego comprometido por su distancia al corazón y si a esto sumamos el daño que sufren los vasos sanguíneos podemos imaginar que la circulación arterial del pie se vea ampliamente disminuida. Con ello se producen importantes trastornos tróficos, es decir, de la "alimentación de los tejidos", incluyendo debilidad de la piel, sequedad y otras alteraciones de las uñas, el vello...

Además la insuficiencia arterial no solo provoca un sufrimiento de las células, y por ende de los tejidos que éstas componen, sino que además implica que la respuesta inflamatoria, que también depende del flujo circulatorio, se vea disminuida. Para colmo de males, las arterias también son responsables de llevar los materiales necesarios para que un tejido se regenere, de modo que si se forma una herida, ésta difícilmente cicatrizará. Además, a través de las arterias es como los medicamentos alcanzan las distintas partes del organismo. Si un paciente diabético sufre una infección en el pie y el riego circulatorio está disminuido, el éxito del tratamiento farmacológico sistémico (por vía oral principalmente) se reduce portencialmente porque el medicamento llega con mucha dificultad a la zona en la que tiene que actuar, si bien debe instaurarse aún asumiendo el riesgo de que no sea eficaz. Por otro lado, el tratamiento local, es decir, sobre la misma herida, resulta fundamental aunque por desgracia, dadas las dificultades añadidas, no siempre sea suficiente.



COMPONENTE TRAUMÁTICO, LESIÓN Y ULCERACIÓN

Una vez aclarado la influencia de la neuropatía y de la vasculopatía, vamos al desencadenante definitivo del Pie Diabético. Nos imaginamos una piel débil y seca, debido a la insuficiencia de riego sanguíneo; a esta piel debilitada le sumamos una falta de sensibilidad del paciente y a continuación añadimos un traumatismo que puede ser un golpe, un elemento punzante o cortante, una pequeña piedrecita que se introduce en el zapato o, sin ir más lejos, una rozadura producida por un calzado demasiado estrecho. Ya tenemos el componente traumático.

Así se forma una herida que, en primera instancia, el diabético ni siquiera advertirá por la pérdida de sensibilidad. Esta herida, al no ser tratada, es una puerta abierta para los microorganismos, causantes de la infección. Como la respuesta inflamatoria está disminuida, los patógenos no encuentran demasiada resistencia, colonizan la zona, el tejido se destruye y dificilmente cicatriza. Ya tenemos la ulceración. Las úlceras son heridas caracterizadas por una pérdida de sustancia y especialmente por su escasa tendencia a la cicatrización.



COMPLICACIONES DE LAS ÚLCERAS: INFECCIÓN + ISQUEMIA SEVERA, GANGRENA Y AMPUTACIÓN

Las úlceras requieren todos los cuidados podológicos y médicos que estén al alcance del paciente, ya que además de no resolverse espontáneamente tienden a agravarse, llegando en muchos casos a gangrenarse, lo que obliga a ejecutar amputaciones parciales o incluso totales de las zonas afectadas. Se estima que las complicaciones derivadas de la diabetes son la PRINCIPAL CAUSA DE AMPUTACIÓN NO TRAUMÁTICA en el mundo. La suma de falta de riego sanguíneo con la acumulación de toxinas derivadas del metabolismo infeccioso pueden facilitar la aparición de fenómenos necróticos; dicho de otro modo, pueden provocar que determinadas zonas de tejido mueran. Si ese tejido muerto no es elmininado correctamente pueden provocar la liberación de toxinas en sangre que acaben por ocasionar una gangrena del miembro. La gangrena es subsidiaria de un único tratamiento posible: La amputación... o la muerte (si es que alcanza el sistema circulatorio a niveles superiores)



¿CÓMO ABORDAR EL PIE DIABÉTICO?

La alta indicencia de la diabetes, considerada por muchos como la auténtica epidemia del siglo XXI, exige que las autoridades sanitarias centren sus esfuerzos en combatir esta enfermedad y tratar precozmente todas las complicaciones derivadas de ella, incluyendo por supuesto al Pie Diabético. Sin duda, un enfoque multidisciplinar, que incluya la participación de diferentes profesionales del ámbito sanitario, es con toda probabilidad la mejor forma de detectar y atajar a tiempo estas complicaciones y evitar que se produzcan.

El PODÓLOGO está reconocido curricularmente en España como el profesional sanitario que recibe mayor formación y, por consiguiente está mejor preparado para el tratamiento de las afecciones de los pies. Por desgracia, la inclusión del Podólogo en el Sistema Público de Salud en España no es aún una realidad en todo el ámbito nacional y sólo algunas comunidades autónomas disfrutan de esta posibilidad. No obstante en el momento actual se están llevando a cabo acciones, impulsadas por los propios enfermos diabéticos en comunión con los podólogos, para revertir esa situación, de modo que esta figura sanitaria vea reconocida su posición e importancia en el abordaje del Pie Diabético y del resto de afecciones de los pies y pase a formar parte de los mencionados equipos multidisciplinares que, sin duda, deben integrar también otros profesionales tales como MÉDICOS, TRAUMATÓLOGOS, ENDOCRINOS, ANGIÓLOGOS, ENFERMEROS, FISIOTERAPEUTAS...

Dentro de su formación el Podólogo recibe adiestramiento en el diagnóstico de problemas neuropáticos y vasculares a nivel del pie, el tratamiento local de las úlceras en base a las diferentes sustancias, medicamentos y apósitos existentes, la compensación de las sobrecargas y los malos apoyos de los pies mediante plantillas y el tratamiento quirúrgico de diferentes afecciones que puedan aliviar el problema.

Además, por supuesto, el Podólogo participa y potencia investigaciones para prevenir la infección y favorecer la cicatrización de las úlceras y puede orientar al diabético sobre los distintos hábitos de vida saludables en lo que se refiere al cuidado de sus pies y a la prevención de futuras complicaciones. Sin duda, el mejor tratamiento del pie diabético es la prevención.


FUENTES

  • Aragón, F.J. / Ortiz Remacha, P.P. (2002), EL PIE DIABÉTICO, BARCELONA: MASSON. 844581027-8.
  • Varios autores (1999), TRATADO DEL PIE DIABÉTICO, PENSA EDITORES.
  • Viadé Julia. J / Anglada Barceló. J / Jiménez Aibar. A et al. (1999), PIE DIABÉTICO, EDICIONES ERGÓ S.A.. 84-89834-69-5.
 
Este articulo se basa en el articulo Pie_diabético publicado en la enciclopedia libre de Wikipedia. El contenido está disponible bajo los términos de la Licencia de GNU Free Documentation License. Véase también en Wikipedia para obtener una lista de autores.
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