El preservativo femenino se originó en 1993 en Inglaterra y Estados Unidos y en un corto tiempo se difundió por Europa y el resto del mundo. El preservativo femenino o condón vaginal es un método de barrera alternativo al preservativo masculino. Es una delgada funda que se ajusta sutilmente a las paredes de la vagina y se puede llevar puesto hasta 8 horas. No queda ajustada a tensión, como el condón masculino, y por la humedad y temperatura de la vagina, se adhiere cómodamente y casi no se siente. El primer condón femenino-CF- se hizo del plástico sintético llamado poliuretano Su diseño proporciona mayor protección a la mujer contra las enfermedades de transmisión sexual, como la de VPH-virus del papiloma humano- y por virus de la inmunodeficiencia humana (VIH); pues impide el contacto de los genitales masculinos y del semen (donde se encuentran los espermatozoides) con la vagina y genitales femeninos externos, limitando el acceso al óvulo, y evita el embarazo. Además protege al escroto del varón de quedar expuesto a contagio al insertar por vía anterior o posterior. Se calcula que su efectividad es de 88 % a 98 % si se utiliza correctamente.[1] Además del CF de poliuretano, existe el de nitrilo- segunda generación- desde 2007. Ambos resultan más resistentes que los condones de látex masculinos, tienen un potencial de roturas menos frecuentes, mayor protección física (sexo protegido) y comodidad, así como un período de conservación más largo, aun cuando las condiciones de almacenamiento sean desfavorables. El CF consta de una transparente funda prelubricada que no contiene espermicidas, con dos anillos, uno interior y cerrado, que permite la colocación fácil dentro de la vagina, y el otro con un diámetro más grande, abierto y más flexible, que facilita cubrir los labios y clítoris, impide que el condón se introduzca demasiado en la vagina y que pierda posición. Atendiendo la vulnerabilidad de la mujer se creó FC, que resulta ser su mejor opción, le permite ejercer sus derechos sexuales, decidir y tener control sobre su seguridad. Viene a ser un dispositivo que responde a la mayor complejidad de su intimidad genital. Las dimensiones del CF son las necesarias para proteger a los genitales de la mujer y apenas distintas de las del condón del varón, de 160 mm de largo y 44-56 mm de ancho (NOM-016-SSA-1993). Resulta ser la opción íntima de 17 cm, que verdaderamente protege a la mujer, sin depender de la erección, voluntad o prejuicios del hombre. Conocimientos adicionales recomendados
Colocación1. Comprobar la fecha de caducidad del mismo. La colocación es parecida a la de otros dispositivos de uso femenino: tampón, diafragma, esponja, capuchón y anillo vaginal. 2. No hace falta esperar a la erección del pene como ocurre con los preservativos del hombre; inicie juntando el anillo interior desde la parte externa del preservativo para introducirlo en la vagina. 3. Una vez en vagina se coloca el dedo mediano dentro del preservativo para avanzarlo pasando el nivel del hueso del pubis y alcance el fondo, igual como se coloca un óvulo vaginal, teniendo cuidado con los posibles objetos cortantes (uñas, anillos...). 4. El anillo externo y un pequeño segmento del FC quedan por fuera para impedir el contacto de los genitales masculinos, especialmente raíz del pene y testículos, con la vulva y piel del área genital de la mujer, sitios susceptibles de contagio por virus del papiloma humano, entre más causantes de ETS. 5. Una vez terminado el coito se le da un par de vueltas al anillo externo para que no se salga el semen y se tira del preservativo para sacarlo. Notas:
Ventajas e inconvenientesComo todos los métodos anticonceptivos, el CF tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Entre las ventajas está el que no hace falta esperar a que el pene esté en erección, que no es necesario extraerlo o levantarse a asearse inmediatamente después de la eyaculación, y su fácil uso. Previene contra las enfermedades de transmisión sexual, como VPH y VIH. Supone una alternativa para aquellas personas que tienen alergia al látex. Pero como todos los métodos, éste también tiene sus aspectos negativos, tiene mayor precio que el del hombre, aunque no nucho más que las versiones sofisticadas del condón del varón y se da la creencia equivocada de ser aparatoso sólo porque es para una anatomía más compleja, más delicada y femenina, como la misma mujer. Véase también
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