En anatomía humana, las vértebras torácicas o vértebras dorsales son las doce vértebras de la parte central de la columna vertebral. Están a continuación de las cervicales y son más gruesas y menos móviles que éstas. A ellas les continúan las vértebras lumbares. Al proceder de la primera vétebra torácica hasta la duodécima, cada una es más voluminosa que la anterior. El tamaño, la forma y el número de las vértebras de otros animales vertebrados varía, por ejemplo, los condrictios, como los tiburones y las rayas, tienen un esqueleto cartilaginoso.[1] La rotura del disco intervertebral es más frecuente en las regiones torácicas y sacras, bien sea por una lesión o por un proceso inflamatorio.[2] Conocimientos adicionales recomendados
CaracterísticasVéase también: Términos anatómicos de localización
Las vértebras torácicas tienen características que comparten con las otras vértebras, así como características peculiares a su grupo vertebral. El cuerpo de cada vértebra torácica de la columna vertical soporta el peso de la vértebra que se encuentra encima (y del cráneo), mientras que el arco permite crear una zona en forma de canal a lo largo de la columna que protege la médula espinal. El cuerpo de la vertebra —la parte más voluminosa de la vértebra— localizado en el medio de la región torácica, es ancho tanto antero-posterior como transversalmente, y un tanto más grueso por detrás que por delante.[3] El cuerpo es cilíndrico, con la forma de un corazón, con dos carillas articulares, superior e inferior. Cada carilla articula con la carilla inferior de la vértebra que esta por encima y con la carilla superior que está por debajo. Se distinguen de las restantes vértebras de la columna por presentar facetas costales a cada lado del cuerpo, con las que se articulan con las costillas, así como facetas en las apófisis transversas para la articulación con los tubérculos de las costillas, con la excepción de la vértebra 11va y 12va. Los pedículos, los pilares a cada lado del cuerpo vertebral,[1] a cada lado de la apófisis espinosa central,[4] se dirigen hacia atrás y un tanto hacia arriba y los nódulos inferiores son de mayor tamaño y profundidad que en cualquier otra región de la columna vertebral. Las láminas por detrás de los pedículos que forman la mayor parte de la mitad postolateral del agujero raquídeo.[1] Son anchas, gruesas y se sobreponen por encima de aquella de la subsiguiente vértebra, como tejas en un techo. El agujero raquídeo o vertebral, es relativamente pequeño y de forma sensiblemente circular. La apófisis espinosa es larga, triangular y se dirige oblicuamente hacia abajo, terminando en una extremidad tuberculada.[1] Esta apófisis espinosa se sobrepone una a la otra a partir de la quinta hasta la octava, perdiendo la dirección oblícua de las restantes. La apófisis articular superior, una a cada lado, son placas planas de hueso que se proyectan desde la unión de los pedículos y las láminas, se dirigen hacia atrás y levemente hacia afuera, por medio del cual se articula con el hueso adyacente por arriba. La apófisis articular inferior, una a cada lado, están también fusionadas con las láminas y sus facetas articulantes se dirigen hacia adelante y hacia el medio, para encajar con la apófisis superior de la vertebra por abajo. Las apófisis transversas —una derecha y otra izquierda— parten del arco detrás de la apófisis articular superior y los pedículos. Son muy anchas, fuertes, considerablemente largas, e inclinadas hacia atrás y abajo, terminando en una extremidad cuboidal, delante de la cual hay una superficie pequeña y cóncava para la articulación del tubérculo de la costilla respectiva. No presentan ningún agujero en esta apófisis, como sí lo tienen las vértebras cervicales. Vertebras torácicas peculiaresLa primera vértebra torácica, denominada T1 es atípica, en comparación con las otras vértebras torácicas. De igual manera, desde la vértebra T9 hasta la vértebra T12 son igualmente atípicas, debido a sus características peculiares. Primera vértebra torácicaEl cuerpo de la primera vértebra torácica es ancho transversalmente, su superficie superior es cóncava y con labios ascendentes en cada lado. En el borde superior del cuerpo de la vértebra T1 hay una fosita costal completa para la cabeza de la primera costilla y, más abajo, una semicarilla en el borde inferior para la parte superior de la cabeza de la segunda costilla. Las superficies articulares superiores se dirigen hacia atrás y la apófisis espinosa es gruesa, larga y casi horizontal. Las apófisis transversales son también largas y las hendiduras vertebrales son más profundas que en las otras vértebras torácicas. Novena vértebra torácicaLa vértebra T9 puede que no tenga las facetas articulares para la novena costilla de cada lado. En algunos individuos puede que tenga dos carillas articulares en cada lado. De ser así, la T10 sólo contará con la carilla articular costal superior. Décima vértebra torácicaLa vértebra T10 tiene —con la excepción ya mencionada— una faceta articular entera a cada lado, localizada parcialmente sobre la superficie lateral del pedículo. Undécima vértebra torácicaEn la vértebra T11, el cuerpo se acerca en forma y tamaño a la de las vértebras lumbares. Las facetas articulares para las costillas son de mayor tamaño que en las vértebras superiores y están localizadas generalmente sobre los pedículos, los cuales son a su vez más resistentes que en el resto de la región torácica. El apófisis espinoso es corto y casi horizontal. La apófisis transversa es también corta, tuberculada en su extremidad y no tienen facetas articulares. Duodécima vértebra torácicaLa vértebra T12 es de características muy similares a la T11, pero se distingue de ella por sus superficies articulares inferiores, que son convexas y se dirigen hacia los lados para cuadrar con la de la primera vértebra lumbar. Por la forma general del cuerpo, las láminas y la apófisis espinosa, la cual se asemeja a una vértebra lumbar, y por cada apófisis transversa, se puede dividir en tres elevaciones: una superior, una inferior —que corresponden con las apófisis accesorias y mamilares de la vértebra lumbar— y un tubérculo lateral. Se pueden presenciar remanentes de estas tuberosidades en las apófisis transversas de las vértebras T10 y T11. Imágenes adicionalesReferencias
Categoría: Huesos de la columna |
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