Reciclaje de polipropileno a partir de residuos de alfombras
Ahora es posible gracias a un nuevo proceso
© ISOPREP
Sólo en la UE se producen alrededor de 1,6 millones de toneladas de residuos de alfombras al año. La mayor parte acaba en el vertedero o en la incineración, ya que la moqueta es un material compuesto que no se presta a métodos de reciclaje puramente mecánicos. Los residuos de alfombras analizados en el proyecto se componen en una cuarta parte de polipropileno, un plástico derivado del petróleo, por lo que se desperdician muchos recursos.
El reciclaje de alfombras ya es posible gracias a un nuevo proceso
Un equipo de investigadores, entre los que se encuentra el Fraunhofer IBP, ha desarrollado un nuevo proceso de reciclaje en el marco de un proyecto de la UE denominado ISOPREP. "Por primera vez es posible recuperar el polipropileno de los residuos de alfombras, y el resultado es de calidad virgen", afirma Maike Illner, investigadora del Fraunhofer IBP. Esto no sólo permite que el polipropileno recuperado se utilice en productos de menor calidad (en un proceso conocido como downcycling), sino que también significa que la calidad es similar a la del polipropileno recién fabricado, lo que hace que el material también sea adecuado para productos de alta calidad.
El proceso se basa en un disolvente especial en forma de líquido iónico. Con los componentes adecuados, es capaz de extraer selectivamente el polipropileno de las fibras de las alfombras. Antes de que el equipo de expertos aplique el disolvente, los residuos de la moqueta se limpian -lo que implica eliminar la mayor parte posible del soporte- y se descomponen. Una vez completado el pretratamiento, los residuos se introducen en un reactor en el que se someten al tratamiento con el disolvente. El polipropileno se disuelve selectivamente en el disolvente, un método que permite eliminar eficazmente los colorantes y otros aditivos. El proceso ya se utiliza a gran escala en el laboratorio, con varios litros de disolvente, y ahora el consorcio de investigación se ha propuesto ampliar el proceso a una planta piloto con capacidad para reciclar una tonelada de residuos de alfombras al día. Está previsto que la planta piloto comience a funcionar al final del proyecto, en marzo de 2022.
Costes e impacto ambiental
Un proceso de reciclaje sólo puede implantarse a gran escala si sus costes son competitivos. Para esta aplicación, esto significa retener la mayor cantidad posible del costoso líquido iónico en el ciclo. "Si los índices de pérdida se mantienen en un 1% o menos, los costes del proceso pueden competir con los de la producción de polipropileno nuevo", explica Illner. "Lo sabemos gracias a un análisis económico preliminar que hemos realizado en el Fraunhofer IBP". El análisis implicó que los investigadores del Fraunhofer investigaran las cantidades de material y energía que se necesitarían para el proceso y qué tipo de producto saldría, y luego calcularan los costes asociados. El equipo también estudió la evolución de los costes a largo plazo.
El Fraunhofer IBP se centra en los aspectos ecológicos del reciclaje de alfombras. Puede sacar conclusiones de factores como la evaluación del ciclo de vida, que arroja luz sobre las emisiones que se producen durante el proceso de reciclaje, por ejemplo. Si el consorcio es capaz de lograr su objetivo de mantener las tasas de pérdida de disolvente en un uno por ciento o menos en este caso también, las necesidades de energía primaria y las emisiones de gases de efecto invernadero se mantendrán en una escala similar a las que implica la producción de polipropileno nuevo.
Potencial de transferencia a otros flujos de residuos de polipropileno
Aunque los residuos de alfombras son el objetivo de este proyecto en particular, el proceso que se ha desarrollado tiene aplicaciones potenciales mucho más allá. Los expertos implicados creen que podría transferirse a toda una serie de flujos de residuos que contienen polipropileno y que no son aptos para los métodos de reciclaje convencionales. "Un ejemplo son los productos de polipropileno que contienen tintes y aditivos", dice Illner. "Hasta ahora, ha sido difícil extraerlos del plástico, lo que significa que el polipropileno reciclado sólo ha sido adecuado para su uso en productos de menor calidad". El nuevo proceso separa el polipropileno no sólo de otros materiales, sino también de los colorantes y otros aditivos, lo que permite utilizarlo en aplicaciones de alta calidad.
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