Hacia nuevos polímeros degradables
Su degradación en el agua es mucho más rápida que la de los polímeros de referencia
Los plásticos son muy versátiles en sus usos, pero existe un gran problema con su degradación. La mayoría de ellos tardan mucho tiempo en descomponerse en la naturaleza. En un nuevo estudio publicado en Nature Communications, un equipo de investigación del CNRS y la Universidad de París-Saclay ha desarrollado nuevos polímeros que se degradan en el agua en un tiempo récord de una semana.
Estos nuevos polímeros, que pueden ser sensibles al calor, se degradan rápidamente con el agua.
© Julien Nicolas
Los polímeros vinílicos, comúnmente conocidos como "plásticos", son materiales que se encuentran en todas partes. Son muy interesantes tanto por su facilidad de síntesis como por su gran diversidad en términos de arquitectura y funcionalidad. Sin embargo, su no degradabilidad causa importantes problemas medioambientales y limita mucho su uso en aplicaciones biomédicas.
Gracias a una técnica de polimerización que permite diseñar macromoléculas de arquitectura controlada y homogénea, el equipo de Julien Nicolas, investigador del CNRS en el Instituto Galien París-Saclay (CNRS/Universidad de París-Saclay), ha sintetizado un material polimérico muy fácilmente degradable. Al insertar un monómero frágil en la poliacrilamida, un polímero comúnmente utilizado en muchos sectores industriales, esta última puede, según la naturaleza del monómero añadido, volverse soluble en agua o presentar una solubilidad que puede ajustarse en función de la temperatura, especialmente en torno a la del cuerpo humano.
¿Cómo son de degradables? En el agua, pueden degradarse en más de un 70% en una semana, frente a varios meses o incluso años de los polímeros biodegradables de referencia actuales, como el PLA o el PCL, por ejemplo5 .
Debido a las características de estos nuevos polímeros y a su facilidad de síntesis, el equipo de investigación cree que podrían utilizarse para administrar fármacos formulando estos polímeros como nanopartículas sensibles al calor capaces de solubilizarse a la temperatura corporal. Esta química también debería permitir preparar tensioactivos degradables para el tratamiento del agua por floculación, que es un proceso muy utilizado en las plantas de tratamiento de aguas.
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