Acero fino: resistente y seguro
Un material fabricado a partir de unos pocos componentes fácilmente disponibles es muy resistente a la tensión y, sin embargo, muy maleable.
© Science, Volume 379, Issue 6628
Vehículos, edificios, infraestructuras... todo es inimaginable sin el acero. Sin embargo, el acero utilizado debe tener propiedades muy diferentes en función de la aplicación. Por eso hay unos 2.500 tipos de acero en el mercado, y constantemente se desarrollan nuevos o se optimizan los existentes. En la actualidad, los científicos de materiales intentan optimizar tres propiedades en particular: Sostenibilidad, resistencia y conformabilidad. Al mismo tiempo, tienen que tener en cuenta los costes de fabricación y la aplicabilidad industrial de los aceros desarrollados y abstenerse de elementos de aleación críticos, es decir, desarrollar aleaciones químicamente ligeras que se conformen con elementos baratos y más sostenibles. Un equipo de investigadores, principalmente de la Universidad Northeastern de China y del Instituto Max Planck de Investigación del Hierro de Düsseldorf (Alemania), ha utilizado ahora un nuevo método para mejorar las propiedades de los aceros al manganeso medio, que contienen relativamente poco manganeso caro pero no suelen alcanzar niveles óptimos de resistencia a la tracción y ductilidad. El equipo publicó los últimos resultados en la revista Science.
"Los aceros de ultra alta resistencia se utilizan, por ejemplo, en componentes relevantes para la seguridad en centrales eléctricas, aviones, plantas industriales o carrocerías de automóviles. Allí, los aceros tienen que ser resistentes, pero al mismo tiempo deben ser capaces de absorber una gran cantidad de energía en caso de deformación", explica Dierk Raabe, director del Instituto Max Planck de Investigación del Hierro. "Cuanta más energía se absorba, más se suaviza el impacto y los ocupantes permanecen protegidos". Sin embargo, la resistencia y la ductilidad, es decir, la deformabilidad que influye en la capacidad de absorción de energía, sólo pueden combinarse hasta cierto punto. Los llamados aceros martensíticos alcanzan una resistencia muy elevada de dos gigapascales, se pueden procesar bien y se utilizan, por ejemplo, para herramientas termoestables. Sin embargo, son relativamente frágiles, es decir, no se estiran bien, y contienen elementos de aleación caros y de disponibilidad limitada, menos sostenibles, como cobalto, níquel, molibdeno o titanio. Los aceros de doble fase, por su parte, consisten esencialmente en un componente que puede formarse bien, pero contienen islas de un material llamado martensita, que aumenta la resistencia. Por lo tanto, estos aceros tienen una resistencia similar pero pueden estirarse más de un 15%. Sin embargo, su procesamiento es complicado y, por tanto, costoso, y se deforman irregularmente. Todos los aceros ultrarresistentes utilizados tienen algo en común: su estructura de martensita no está específicamente estructurada a nivel micro. Aunque la microestructura aumenta la resistencia, reduce la ductilidad del material debido a la falta de estructura.
El procesado optimiza la microestructura
"Nuestra estrategia de diseño aborda exactamente este punto débil: la estructura de la martensita. Mediante forja múltiple, tratamiento en condiciones criogénicas y temple y revenido, pudimos activar numerosos micromecanismos que refuerzan el material y lo hacen más dúctil", explica Raabe. Así, el nuevo acero al manganeso medio alcanza una resistencia a la tracción de 2,2 gigapascales y aún puede estirarse un 20%.
Los científicos analizaron cómo afectan los distintos pasos de procesamiento a la estructura del material y qué orden resulta a nivel atómico con ayuda de microscopía electrónica de transmisión y barrido, así como tomografía de sonda atómica. Según los resultados, el procesado modifica la microestructura del material, por un lado, y provoca su plegado en forma de láminas, por otro. "La estructura laminar recuerda a la del típico acero de Damasco, que gana resistencia plegando y combinando distintas aleaciones de hierro", explica Raabe. El nuevo acero, en cambio, sólo contiene una aleación, pero presenta un orden jerárquico similar en su estructura. La microestructura especial se puede dar al material con procesos industriales comunes. Por ello, el equipo intentará ahora hacer otras aleaciones más resistentes y dúctiles mediante este tipo de procesamiento.
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