BASF refuerza su I+D con un superordenador más potente
El nuevo ordenador de alto rendimiento es el mayor del mundo para la investigación química industrial
BASF SE
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"Las tecnologías digitales son uno de los instrumentos más importantes para seguir ampliando nuestras capacidades de investigación y desarrollo", declaró la Dra. Melanie Maas-Brunner, miembro del Consejo de Administración y Directora de Tecnología de BASF. Como ejemplo, señaló que hoy en día se requiere una potencia de cálculo superior a la media para determinar las estructuras poliméricas más prometedoras entre miles de posibilidades. "En los últimos cinco años, hemos trabajado con gran éxito en todo el mundo con nuestro superordenador Quriosity. Nos ha permitido acortar considerablemente el tiempo de desarrollo de moléculas y compuestos químicos innovadores y acelerar así el lanzamiento al mercado de nuevos productos", explica Maas-Brunner. "Pero la capacidad de cálculo ya no era suficiente. Además, la complejidad de nuestros proyectos de investigación y, por tanto, las exigencias al superordenador han aumentado. Por eso decidimos invertir en un nuevo ordenador de alto rendimiento".
El nuevo superordenador ha sido fabricado por Hewlett Packard Enterprise (HPE) y funciona con procesadores (CPU) AMD. Cuenta con un innovador concepto de refrigeración basado en agua caliente. El sistema absorbe el calor directamente donde se genera en el superordenador y lo transporta fuera, lo que reduce considerablemente la energía necesaria y, por tanto, los costes de funcionamiento. El nuevo superordenador de BASF, llamado Quriosity como su predecesor, es el mayor superordenador del mundo utilizado en la investigación química industrial. El superordenador anterior será renovado por HPE, con una tasa de recuperación superior al 95 por ciento.
BASF también confía en la potencia de computación en la nube adicional cuando la necesita
Además de su propio superordenador in situ, BASF también tiene previsto utilizar potencia de computación en la nube. "Esta solución híbrida nos ofrece la mayor flexibilidad técnica y operativa posible", afirma Maas-Brunner. "Nos permite atender solicitudes que requieren una potencia de procesamiento excepcionalmente grande, así como trabajar en tareas especiales para las que nuestro propio superordenador no está diseñado".
El superordenador permite enfoques de investigación fundamentalmente nuevos
Como herramienta digital, el superordenador supone un enorme ahorro de tiempo. Cálculos que en el pasado habrían llevado alrededor de un año pueden ser realizados por un superordenador en sólo unos días. Esto no sólo ha reducido los tiempos de desarrollo del producto: "Hemos podido identificar y utilizar conexiones antes ocultas para impulsar enfoques de investigación completamente nuevos", afirma Maas-Brunner. "El modelado, los experimentos virtuales y las simulaciones son cada vez más complejos y requieren más potencia de cálculo. Con el nuevo superordenador, que es aproximadamente el doble de rápido, ahora podemos proporcionar a nuestros investigadores la potencia de cálculo necesaria."
Toda la empresa utiliza Quriosity desde 2017
El superordenador Quriosity lleva desplegado en BASF desde 2017. Desde entonces, ha realizado una media de 20.000 tareas al día y es utilizado por más de 400 empleados en todo el mundo. En el área de negocio de cuidado personal, por ejemplo, las complejas simulaciones del superordenador ayudan a los investigadores a comprender mejor la composición de los productos de cuidado personal y a predecir con mayor precisión qué ingredientes cosméticos armonizan entre sí de forma óptima para lograr el efecto deseado. Las simulaciones también ayudan a planificar y optimizar los procesos de reacción. Por ejemplo, se puede simular la distribución de sustancias y la temperatura en un reactor y utilizar esta información para mejorar continuamente la producción. En una fase temprana de desarrollo de productos fitosanitarios, el superordenador puede identificar rápidamente compuestos adecuados que sean eficaces y respetuosos con el medio ambiente. Pero el superordenador también se utiliza en proyectos ajenos a la investigación y el desarrollo. Por ejemplo, ayuda a optimizar la dinámica de fluidos de los componentes de una planta de producción.
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