Material para la revolución de las baterías de iones de sodio

02.04.2024
Markus Breig, KIT

El fundador de Litona, Sebastian Büchele, muestra una botella del material de almacenamiento de energía blanco de Prusia para baterías de iones de sodio.

Potentes, seguras y respetuosas con el medio ambiente: las baterías de iones de sodio tienen muchas ventajas sobre las convencionales. Al no contener materias primas críticas como el litio o el cobalto, también podrían abaratar aplicaciones como el almacenamiento estacionario de energía y la electromovilidad. Sin embargo, aún faltan los materiales de almacenamiento de energía necesarios para su producción. Litona, una start-up fundada en el Instituto de Tecnología de Karlsruhe (KIT), quiere producirlos a escala industrial.

El blanco de Prusia, un "pariente químico" del conocido colorante azul de Prusia, se basa esencialmente en sodio, hierro y manganeso. "Puede utilizarse como material de almacenamiento de energía en el cátodo, es decir, el polo positivo de una batería de iones de sodio", explica Sebastian Büchele, del Instituto de Materiales Aplicados del KIT y fundador de Litona. "Estas baterías son baratas y todas las materias primas que contienen están ampliamente disponibles. Estoy convencido de que pronto podremos utilizarlas en masa en vehículos eléctricos y sistemas de almacenamiento en red." Sin embargo, la cuestión es quién las producirá. La industria europea se enfrenta aquí a un gran problema. "Actualmente es difícil incluso para las instituciones de investigación conseguir cantidades suficientes de blanco de Prusia. Casi ninguna empresa europea lo produce", informa el científico. "En consecuencia, la investigación y la transferencia de la tecnología pionera de iones de sodio están muy ralentizadas".

Blanco de Prusia para la producción en masa

Como Büchele también quería investigar la tecnología de iones de sodio, decidió sintetizar él mismo el blanco de Prusia. Este trabajo no sólo dio lugar a un material catódico de alta calidad en el KIT, sino también a un proceso innovador para su producción. Con el objetivo de servir a un mercado más amplio, fundó la start-up Litona junto con el químico Tom Bötticher. "Los competidores tenían problemas para ampliar la producción de análogos del blanco de Prusia", explica Büchele. "Creemos que nosotros los hemos resuelto. También hemos desarrollado métodos para valorizar aún más nuestro material."

Oportunidad para la industria europea

Litona utilizó la infraestructura del KIT para validar los pasos de escalado y optimizar el material para su uso en baterías de nueva generación. Mientras tanto, sin embargo, los dos fundadores ya están trabajando en la creación de su propia planta de producción de última generación. "Elegimos deliberadamente Alemania como emplazamiento", subraya el cofundador Bötticher. "Creemos en el potencial de la producción europea de baterías. En lo que respecta a las baterías de iones de litio, Asia ha ido por delante en los últimos años. La tecnología de iones de sodio es ahora una gran oportunidad para empezar de nuevo en Europa. No queremos quedarnos de brazos cruzados".

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