Disminución de los gases nocivos de efecto invernadero que agotan la capa de ozono

Un tratado internacional sobre medio ambiente surte efecto

13.06.2024
jungfraujoch.ch

La estación Jungfraujoch del Sistema Integrado de Observación del Carbono (ICOS), situada a gran altitud en Suiza, fue una de las estaciones de muestreo utilizadas para realizar mediciones atmosféricas de hidroclorofluorocarburos.

Un nuevo estudio de un equipo internacional de investigadores, publicado en Nature Climate Change, ha revelado avances significativos en el empeño por reducir los niveles atmosféricos de sustancias químicas que destruyen la capa de ozono protectora de la Tierra, confirmando el éxito de las normativas históricas que limitan su producción y uso. Los científicos de Empa contribuyeron a este estudio con mediciones realizadas desde la estación de investigación de alta montaña de Jungfraujoch.

El estudio, dirigido por investigadores de la Universidad de Bristol, muestra por primera vez un notable descenso de los niveles atmosféricos de potentes sustancias que agotan la capa de ozono (SAO), denominadas hidroclorofluorocarburos (HCFC). Estos HCFC también son gases nocivos de efecto invernadero (GEI), por lo que su reducción también debería disminuir el calentamiento global.

El Protocolo de Montreal se acordó internacionalmente en 1987 para introducir controles sobre la producción y el uso de las SAO, que en su día se utilizaron ampliamente en la fabricación de cientos de productos, como frigoríficos, aerosoles, espumas y envases. Los HCFC se desarrollaron como sustitutos de los clorofluorocarbonos (CFC). Mientras que la producción de CFC está prohibida en todo el mundo desde 2010, la producción y el uso de HCFC todavía se están eliminando progresivamente en todo el mundo, con una fecha de finalización prevista para 2040. Serán sustituidos por hidrofluorocarburos (HFC) que no agotan la capa de ozono y otros compuestos.

"Los resultados son muy alentadores. Subrayan la gran importancia de establecer protocolos internacionales y atenerse a ellos", afirma el autor principal, Luke Western, de la Facultad de Química de la Universidad de Bristol. "Sin el Protocolo de Montreal, este éxito no habría sido posible. Así que es un rotundo respaldo a los compromisos multilaterales para combatir el agotamiento del ozono estratosférico, con beneficios adicionales en la lucha contra el cambio climático inducido por el hombre."

Disminución más rápida de lo previsto

El estudio internacional muestra que la cantidad total de cloro agotador de la capa de ozono contenida en todos los HCFC combinados alcanzó su máximo en 2021. Dado que estos compuestos también son potentes GEI, su contribución al cambio climático también alcanzó su máximo en ese año. Este máximo se produjo cinco años antes de lo previsto en el último informe de evaluación del ozono publicado en 2022. Aunque el descenso entre 2021 y 2023 fue inferior al 1%, sigue mostrando que las emisiones de HCFC van en la dirección correcta. Para Stefan Reimann, científico de Empa y coautor del estudio, éste representa un "hito en la historia de las medidas para contener el agujero de ozono, en el que hemos podido demostrar por primera vez que incluso los productos de sustitución de los CFC, aún más agotadores de la capa de ozono, están disminuyendo, y esto incluso cinco años antes de lo previsto". Según el investigador del Empa, esto sólo ha sido posible gracias al continuo endurecimiento de los protocolos internacionales y a su verificación con ayuda de mediciones atmosféricas, por ejemplo en Jungfraujoch.

Los resultados se basan en mediciones de alta precisión realizadas en observatorios atmosféricos distribuidos por todo el mundo, con datos del Experimento Global Avanzado de Gases Atmosféricos (AGAGE) y de la Administración Nacional Atmosférica y Oceánica (NOAA) de EE.UU., incluida la estación de investigación de alta montaña de Jungfraujoch, donde los científicos de Empa llevaron a cabo sus mediciones atmosféricas. "Utilizamos técnicas de medición muy sensibles y protocolos rigurosos para garantizar la fiabilidad de estas observaciones", afirma Martin Vollmer, coautor y científico atmosférico de Empa.

Isaac Vimont, coautor y científico de la NOAA, añadió: "Este estudio pone de relieve la necesidad crítica de estar vigilantes y ser proactivos en nuestra vigilancia medioambiental, asegurando que otros gases controlados que agotan la capa de ozono y los gases de efecto invernadero sigan una tendencia similar, lo que ayudará a proteger el planeta para las generaciones futuras."

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