Exquisita fragancia de la probeta
Una ruta de síntesis sencilla para el ambrox, que se encuentra en muchos perfumes
El ambrox se utiliza como fragancia desde la antigüedad. Hoy se producen más de 30 toneladas al año. Durante mucho tiempo, la sustancia se obtenía del ámbar gris, una sustancia cerosa del tubo digestivo de los cachalotes. Hoy en día, se produce a partir del esclareol, un ingrediente de la salvia sclarea, que crece desde el Mediterráneo hasta Asia Central. Sin embargo, este proceso de producción de Ambrox requiere varias etapas de reacción. Además, la disponibilidad de salvia sclarea varía. Ahora, un grupo de investigación dirigido por Benjamin List, Director del Instituto Max Planck para la Investigación del Carbón, en colaboración con la empresa química BASF, ha logrado sintetizar la molécula aromática en el laboratorio de una forma diferente. Los investigadores han publicado en la revista científica "Nature" la vía de reacción, que se basa en la llamada policiclización.
En biología, la policiclización se refiere a reacciones en las que las enzimas convierten materiales de partida sencillos en estructuras moleculares complicadas en un solo paso. Benjamin List llama a esta reacción "una provocación de la naturaleza para nosotros los químicos", ya que la naturaleza, con sus grandes enzimas, tiene ventaja sobre la ciencia. Sin embargo, el equipo de Mülheim no se amilanó por ello, sino todo lo contrario: "Nos inspiramos en la naturaleza para nuestro proyecto", explica Mathias Turberg, que investigó la síntesis de Ambrox como parte de su tesis doctoral. "También queríamos desarrollar un método para sintetizar moléculas complejas a partir de materiales de partida más bien sencillos".
Buenas condiciones para la aplicación industrial
En el nuevo método de síntesis, los investigadores de Mülheim parten del nerolidol, que se encuentra en muchas plantas como el jengibre y el jazmín. El truco está en la interacción entre el catalizador y el disolvente: mientras que el catalizador inicia la conversión en el producto, el disolvente estabiliza los productos intermedios reactivos. Además, actúa como un turbo para el catalizador y acelera la reacción aún más, y de forma considerable: mientras que la reacción biocatalítica convencional tarda entre tres y cuatro días, el nuevo método obtiene el producto de la noche a la mañana.
"Hemos conseguido llevar a cabo nuestra reacción en condiciones relativamente suaves y en un solo paso", explica Na Luo, que desarrolló el catalizador para la nueva síntesis como investigador postdoctoral en el Instituto Max Planck para la Investigación del Carbón. Sin embargo, de las muchas variantes posibles que pueden producirse en el proceso, el ambrox, relevante para la industria del perfume, se forma de forma muy selectiva. Otra ventaja de la nueva ruta de síntesis es que puede aplicarse fácilmente a escala industrial. Además, tanto el catalizador como el disolvente pueden recuperarse y reutilizarse para otras reacciones. Ambos aspectos son importantes para posibles aplicaciones industriales.
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