Un grupo de químicos produce biodiesel en la universidad, utilizando aceite frito como base
Detrás de esta iniciativa se encuentran tres profesores de Química de la UPV/EHU, uno de la Escuela de Ingenieros de Bilbao y varios colaboradores. Su proyecto de investigación se llama Transesterificación. Biodiesels. Está financiado por la Cátedra UNESCO sobre Desarrollo Sostenible y Educación Ambiental de la UPV/EHU, y tiene una duración de dos años; lo culminarán a principios del 2011. Obviamente, para producir grandes cantidades de biodiesel necesitarían otro tipo de instalaciones, pero lo que se puede producir en los laboratorios de la Facultad de Ciencia y Tecnología basta para las máquinas cortacesped, la calefacción y los coches oficiales de la UPV/EHU.
Sin efecto invernadero
Para obtener biodiesel del aceite, es necesaria la reacción de transesterificación. Los profesores ya mencionados han recopilado documentación sobre diversas técnicas experimentales que posibilitan dicha reacción, y han realizado pruebas hasta encontrar la que resulta más barata, rápida y, a su juicio, adecuada. No necesitan más que una hora para llevar a cabo dicha transformación. Además, han comparado su resultado con el biodiesel comercial (aprovechando que sus propiedades y cantidades son conocidas), probando que el producto creado se puede utilizar en la universidad.
Fernando Mijangos, responsable principal del proyecto, destaca las ventajas que el biodiesel, y por lo tanto el producto que han obtenido, tiene respecto al diesel: "Desde el punto de vista de los gases emisores que provocan el efecto invernadero, éstos —los biodiesels— son mucho más rentables y limpios que los otros. Los diesels son combustibles fósiles, y por lo tanto inducen el efecto invernadero. Estos aceites fritos, en cambio, no". Es más, si la técnica con la que han experimentado se implantara en la universidad, no sólo su efecto invernadero sería cero, sino que "depuraría" el medio ambiente: "En vez de arrojar los residuos por el fregadero, les proporcionaríamos una solución más limpia. Es su mayor ventaja".
Contenedor para la recogida de aceite
En los meses restantes hasta culminar el proyecto, este grupo de químicos va a estar ocupado principalmente en dos asuntos: por un lado, la optimización del producto obtenido, y por otro, la sensibilización social. En cuanto a esta última, según expresa Mijangos, los datos muestran que sólo en 3 de cada 10 casos se recicla aceite. La voluntad de la gente, claro está, es indispensable para que la materia prima recogida sea suficiente como para obtener biodiesel de ella. Los profesores han tomado medidas para concienciar a los alumnos, tal y como explica Anakabe: "Nos pusimos en contacto con la empresa Rafrinor, y nos han colocado un contenedor en la entrada —en el lado derecho— de la facultad, para recoger aceite". Lo instalaron a principios de mayo, y permanecerá ahí durante varios meses, para medir y fomentar la implicación de la gente.
Concienciar a la gente resulta una tarea ardua. Como muestra de ello, Anakabe menciona a sus alumnos: "Yo tengo 40 alumnos, pero realmente se habrán implicado sólo unos diez. Es significativo. Los alumnos están más concienciados, pero aun y todo cuesta, es más fácil echar el aceite directamente". Por esta razón, y para motivarlos, Mijangos explica que están realizando junto a ellos la reacción de transesterificación por la cual se obtiene el biodiesel: "Estamos haciendo dos experimentos diarios, a través de los cuales también aprendemos. Además, cuando acabemos el proyecto, esperamos escribir un pequeño libro que contenga todos los experimentos y técnicas realizadas, para posteriormente implementarlo con los alumnos".
El apoyo de la UPV/EHU, fundamental
De todas maneras, tal y como recuerda Mijangos, "los investigadores no lo vamos a solucionar, si no hay un compromiso institucional". Anakabe añade que llevar a la práctica el fruto del trabajo de estos dos años está "en manos de las personas que están en el Rectorado", porque el apoyo institucional es esencial. "Nosotros somos químicos y continuaremos con nuestros experimentos. Por ejemplo, estudiaremos los tratamientos a realizar (viscosidad, densidad…). Todo esto es fácil para nosotros. Lo que no es tan fácil es acertar en cómo trasladar el resultado a la sociedad", dice Mijangos.