Desarrollan recubrimientos para hormigón con nanopartículas que interaccionan con la luz solar y eliminan contaminantes
UPNA
Durabilidad y pruebas
En cuanto a la durabilidad, el recubrimiento está compuesto por un material inorgánico. "No es como cuando se habla de recubrimientos con un agente antibacteriano que se va liberando y llega un momento que se agota y, por lo tanto, deja de funcionar —explica este investigador—. Aquí se trata de un material que tiene esa propiedad intrínseca: al recibir la luz del sol genera unos radicales libres en su superficie que ataca los contaminantes del aire, específicamente los monóxidos y óxidos de nitrógeno. Lo que debemos conseguir es una matriz lo suficientemente dura y permanente como para inmovilizar esas nanoparticulas sobre la superficie y que el recubrimiento permanezca, y todo ello a un coste razonable".
El equipo de investigadores de la UPNA que ha trabajado en el proyecto está formado por Pedro Rivero, químico; Natxo Matías y Miguel Hernáez, ingenieros de telecomunicaciones; y Patxi Arregui y Javier Goicoechea, ingenieros industriales. Al no disponer de un laboratorio para medir la reducción de gases, han realizado una prueba estandarizada que consiste en aplicar una tinta azulada sobre la superficie del hormigón al que se le ha aplicado el recubrimiento. "Cuando el hormigón es expuesto a la luz, se puede ver cómo la zona tratada con el recubrimiento destruye la tinta mientras que permanece casi intacta en el resto de la superficie. Al degradarse la tinta podemos tener una estimación de cómo al recibir la luz el recubrimiento actúa y degrada tanto los contaminantes que hay en el aire como algunos compuestos adheridos", indican.
Ecofotomat ha sido parcialmente financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad y por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional y el período de ejecución finaliza en junio de 2013, si bien el trabajo de los investigadores de la UPNA en el proyecto ya ha concluido. Dicho proyecto se enmarca en el programa INNPACTO, convocado por el Ministerio para propiciar la creación de proyectos en cooperación entre organismos de investigación y empresas. En concreto, se pretende realizar conjuntamente proyectos de I+D+i que ayuden a potenciar la actividad innovadora, movilicen la inversión privada y generen empleo.
"Lo ideal sería contar con una segunda fase de este proyecto para poder ir más allá —concluye Javier Goicoechea—. Nuestro trabajo ha consistido en desarrollar distintas matrices, que fueran baratas y durables, porque en construcción estamos hablando siempre de márgenes muy bajos, costes reducidos y garantías de veinte a treinta años. Nos falta, por ejemplo, contar con una fachada completa a la que aplicar el recubrimiento y ver cómo actúa, aunque si quisiéramos ver un envejecimiento real tendría que pasar tiempo o tendríamos que realizar algún test de vida acelerado para comprobar cuál de los recubrimientos aguanta más y, quizá, qué recubrimiento es más apropiado a un clima más o menos extremo".