Los sedimentos de los ríos, una reserva dinámica de contaminantes
Investigadores de la UPV/EHU han localizado la procedencia de los metales de los sedimentos del río Deba y han valorado el efecto que tienen las crecidas en ellos
¿Qué hay en los sedimentos de fondo, y cómo cambia?
Además de analizar las variaciones de los contaminantes a lo largo del cauce del río Deba y sus afluentes (Ego y Oñati) desde la cabecera hasta la desembocadura en los años 2011 y 2012, los cambios producidos en esta cuenca durante estos dos años --tanto en lo que respecta a la gestión de aguas residuales, como a obras realizadas en el entorno, o crecidas acaecidas en ese periodo de tiempo-- han llevado al grupo a establecer las diferencias entre los muestreos de dos años hidrológicos diferentes.
La recogida de sedimento fino a lo largo del cauce del río, así como su posterior análisis en el laboratorio, han permitido evidenciar que la principal fuente antropogénica de materia orgánica y metales son los efluentes industriales y municipales no tratados o parcialmente tratados. Esto se refleja en la elevada carga orgánica hallada en los sedimentos del arroyo Ego, el cual recibía hasta el 2014 las aguas residuales no tratadas del municipio de Ermua. Por otra parte, el trasvase de los efluentes orgánicos del municipio de Oñati a la depuradora de Epele en 2012 ha tenido un efecto beneficioso en la calidad de los sedimentos, ya que presentan una marcada disminución de su carga orgánica y, consecuentemente, de los metales asociados a estos complejos orgánicos. Esto supone una menor disponibilidad de estos metales para el medio acuático y, por tanto, una disminución de la toxicidad potencial para la vida acuática.
Aparte de las aguas residuales, existen unas cien empresas de mediano y gran tamaño que aportan efluentes ricos en metales, entre las cuales se encuentran fábricas de galvanizado, metalurgia y fundición. Los metales que aportan dichas industrias se encuentran en las fracciones que son más susceptibles de ser liberadas al medio acuático si las condiciones fisicoquímicas del río cambian. De hecho, condiciones de flujo turbulento, como las generadas durante los episodios de crecidas, podrían favorecer la movilidad y liberación de los metales asociados a estos sedimentos. Por todo ello, estos metales deberían ser controlados durante estos episodios.
Finalmente, han concluido que en la cuenca del río Deba existe un claro incremento de la concentración de materia orgánica y metales desde la cabecera a la desembocadura, "lo que evidencia la relativa naturaleza no contaminada de los arroyos de cabecera frente a la alta contaminación de origen antropogénico en la parte media y baja de este río--explica la investigadora--. Los altamente contaminados sedimentos del arroyo Ego reflejan lo lejos que éste se encuentra de las condiciones óptimas de calidad que debe presentar un curso de agua superficial. Además, se ha observado que dicho arroyo tiene un impacto negativo sobre la calidad de las aguas del río Deba, en el cual éste desemboca".
Publicación original
M. Martínez-Santos, A. Probstb, J. García-García, E. Ruiz-Romera. 'Influence of anthropogenic inputs and high-magnitude flood event on metal contamination pattern in surface bottom sediments from the Deba River urban catchment'. Science of the Total Environment (STOTEN) 514, 10-25. 2015.