Científicos de Mayo establecen vinculación entre obesidad y peores resultados del tratamiento para cáncer de colon

25.03.2010 - Estados Unidos

Desde hace mucho se sabe que la obesidad se vincula a mayor riesgo para desarrollar cáncer de colon, pero ahora los científicos del recinto médico de Mayo Clinic en Minnesota descubrieron una relación entre obesidad y obtención de peores resultados en pacientes ya diagnosticados y tratados para el cáncer.

Los autores descubrieron una fuerte relación entre obesidad, mayor cantidad de ganglios linfáticos locales con tumor y peores tasas de supervivencia, aparte de otras características tumorales. Los datos también revelaron que, a diferencia de los pacientes no obesos, existe una vinculación entre varios grados de obesidad y un riesgo mayor de muerte que oscila entre 19 y 35 por ciento, dependiendo del sexo del paciente. El estudio se publica en Clinical Cancer Research.

Los científicos indican que los resultados, recolectados de miles de pacientes sometidos a la extirpación quirúrgica del colon e inscritos en alguno de los siete ensayos de quimioterapia respaldados por el Instituto Nacional del Cáncer (NCI), plantean que los pacientes con cáncer de colon deben procurar mantener un índice de masa corporal (IMC) inferior a 30. Un IMC inferior a 30 puede recaer tanto dentro de las categorías de normalidad (20 a 24,9) como de sobrepeso (25 a 29,9). Todo IMC de 30 ó superior se considera obesidad.

“Se descubrió que la obesidad se vincula a cáncer de colon más agresivo y que el efecto es todavía más fuerte entre los hombres que en las mujeres”, comenta el autor principal del estudio, Dr. Frank Sinicrope, médico oncólogo de Mayo Clinic. “Los datos plantean que tener unas libras demás no es un problema, pero cuando el peso corporal se ubica dentro del rango de la obesidad, el paciente corre mayor riesgo de que el cáncer reaparezca o se disemine y, según otros estudios, también se anticiparía mayor riesgo para pólipos precancerosos en el colon y un segundo cáncer de colon”.

La población del estudio estuvo compuesta por pacientes que participaban en ensayos clínicos realizados por Mayo Clinic y el Grupo Norcentral para el Tratamiento del Cáncer, así como en un estudio del Grupo de Oncología del Suroeste. Los científicos calcularon al iniciar el estudio el IMC de 4.381 pacientes sometidos a la extirpación de un cáncer de colon estadio II (ganglios linfáticos negativos) o estadio III (ganglios positivos), que participaban en alguno de los siete ensayos aleatorios para comprobar la quimioterapia adyuvante basada en el 5-fluorouracilo. De estos pacientes, 862 (20 por ciento) se consideraban obesos y dentro de ese grupo, 606 pacientes correspondían a la clase 1 (IMC de 30 a 34,9) y los 262 restantes eran bastante obesos (clases 2 ó 3 con un IMC de 35 ó superior).

Los investigadores descubrieron que, en general, la obesidad de clases 2 y 3 se vinculaba a un riesgo 19 por ciento mayor de muerte y que en todo tipo de obesidad había una fuerte relación con metástasis a más cantidad de ganglios linfáticos locales, en comparación con los pacientes de peso normal.

Los científicos igualmente observaron diferencias entre hombres y mujeres. “Hubo una relación más fuerte entre el IMC y los resultados clínicos entre los hombres que en las mujeres, pues mientras mayor era el grado de obesidad masculina, más alto era el riesgo de recurrencia del cáncer y muerte. Sin embargo, en las mujeres se observó que el mayor riesgo estaba entre quienes tenían obesidad de clase 1, frente a las mujeres de peso normal”, acota el Dr. Sinicrope.

Por ejemplo, los hombres con obesidad de clases 2 ó 3 tenían un riesgo 35 por ciento mayor de morir que los hombres de peso normal, mientras que las mujeres con obesidad de clases 2 ó 3 tenían sólo un riesgo 11 por ciento mayor de fallecer, hallazgo que no fue estadísticamente significativo. No obstante, las mujeres con obesidad de clase 1 tenían un riesgo 24 por ciento mayor de morir.

Por otro lado, en los hombres gordos, pero no obesos, hubo una ligera mejora de 6 por ciento en la supervivencia, aunque en las mujeres con peso bajo se vio una tasa de supervivencia peor, vinculación ya observada en otros estudios.

Si bien los investigadores dicen que todavía se desconoce el mecanismo exacto por el cual la obesidad deriva en cáncer de colon más agresivo, a la obesidad se la relaciona con hormonas como la insulina y el factor de crecimiento análogo a la insulina tipo 1 (IGF-1) y se encontraron niveles altos de éstos entre los pacientes que desarrollaron cáncer de colon. Con respecto a las diferencias observadas entre los sexos, el IMC se relaciona más con la grasa abdominal u obesidad central en los hombres que entre las mujeres; además, otros estudios vincularon el tamaño mayor de la cintura con riesgo de recurrencia del cáncer de colon y/o muerte. En las mujeres, la situación es más compleja debido a la posible influencia de los niveles de estrógeno, el estado menopáusico y la terapia de reemplazo hormonal, explica el Dr. Sinicrope. “Esos factores no se examinaron en este estudio debido a que no existían datos disponibles”, añade.

“La vinculación entre peso corporal y mayor riesgo de recurrencia de cáncer y/o muerte obviamente es complicada, por lo que se necesita estudiar más para esclarecer dicha relación, pues esa información conlleva la posibilidad de permitir que los pacientes sobrevivan el cáncer y de ayudar a los médicos que los atienden”, aclara el Dr. Sinicrope.

El estudio se financió, en parte, gracias a un subsidio del Instituto Nacional del Cáncer.

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