La patronal europea de la industria biotecnológica, EuropaBio, a la que pertenece la Asociación Española de Bioempresas (ASEBIO), acaba de publicar un documento en el que afirma que la Comisión Europea tiene pendientes 72 dosieres (51 para importación y 21 para cultivo) de aprobación de productos modificados genéticamente (MG), lo que supone un incremento del 800% sólo en los últimos siete años, ya que en 2004 contaba con ocho aplicaciones pendientes de aprobación.
Esto supone un grave retraso en el proceso de aprobaciones de estos productos y solo se ha concedido una autorización para cultivo, lo que ocasiona importantes pérdidas económicas para los agricultores que no pueden utilizar semillas MG. Por ello, desde EuropaBio y desde ASEBIO se ha solicitado que se agilicen estos procesos y se elimine burocracia para no perder competitividad frente a otras zonas productoras, al igual que los países prioricen las cuestiones científicas frente a las políticas para permitir la autorización.
En 2011, se presentaron diez nuevas solicitudes, frente a tres autorizaciones recibidas por la Comisión Europea. El tiempo de autorización para un producto de estas características se alarga 45 meses desde el envío de la solicitud hasta la autorización por parte de la Comisión Europea. La publicación de la opinión científica de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) dura unos 29 meses, y la autorización de la Comisión Europea dura entre 11 y 15 meses entre aprobación y voto, aunque algunas solicitudes para cultivo llevan esperando entre 8 y 10 años.
El proceso de aprobación en Europa tarda de media entre 15 y 20 meses más que en los tres principales exportadores de OMG, Estados Unidos, Brasil y Canadá. Si continua este ritmo, en 2015 la cifra de autorizaciones pendientes podría elevarse a 93 productos, si se tiene en cuenta que la media podría estar a seis autorizaciones por año. De los 101 productos que se han sometido a procesos de autorización en la Comisión Europea, sólo 39 han sido aprobados.
La diferencia entre los países europeos y el resto del mundo cada vez se hace más latente, ya que los agricultores europeos sólo pueden cultivar dos productos OGMs, un tipo de maíz y uno de patata, mientras que en Brasil se pueden cultivar 28 productos y en EE.UU. los agricultores pueden acceder a 90 tipos de maíz, soja, algodón, colza, remolacha, alfalfa, papaya y calabacín.
Los agricultores europeos están dejando de ingresar cada año entre 443 y 929 millones de euros por las restricciones de aprobación de organismos modificados genéticamente o cultivos transgénicos.
La Plataforma de Mercados Biotecnológicos, gestionada por ASEBIO, organizó el pasado 22 de septiembre la jornada Procesos de control para garantizar la seguridad de los alimentos, con la presencia del presidente de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN), Roberto Sabrido, en la que se explicaron todos los procesos de control y seguridad por los que pasa un organismo modificado genéticamente, además de los avances que supone su adopción tanto para la agricultura como para la economía.
Como conclusiones, se extrajeron los siguientes temas:
- La legislación más reciente (Ley 17/2011) establece que solo podrán comercializarse alimentos y piensos que, en condiciones de uso normales, sean seguros.
- Los alimentos actualmente disponibles para los consumidores son los más seguros de la historia de la humanidad.
- Prácticamente todos los alimentos que consumimos proceden de plantas “paleotransgénicas” (cacao, fresa, trigo, etc.) o muy modificadas por el hombre.
- La aplicación de la moderna biotecnología a la mejora genética de plantas (variedades MG o transgénicas) ha exigido mayores niveles de conocimiento para las plantas y alimentos obtenidos, facilitando producciones más eficientes y asequibles, sin menoscabo de su seguridad.
- Varios proyectos en desarrollo contemplan la obtención de cosechas con un perfil de ácidos grasos más saludable o con aceites omega-3, pero los beneficios para los consumidores europeos podrían demorarse ante una regulación discriminatoria por motivos ideológicos.
- El mayor conocimiento del genoma de plantas y animales ofrece posibilidades para el desarrollo de alimentos con propiedades terapéuticas y mejoras relacionadas con la longevidad o la obesidad
- Para que la seguridad de los nuevos alimentos sea percibida correctamente, es recomendable que las evaluaciones científicas de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición sean activamente difundidas a los sectores interesados como asociaciones de consumidores, periodistas especializados, médicos relacionados con la nutrición, y profesores de enseñanza secundaria y bachillerato.
La Comisión Europea lanzó el miércoles una nueva propuesta de la PAC (Política Agraria Común) en la que se da una mayor importancia a la innovación en la agricultura. Sin embargo, EuropaBio considera que debería ser más específica en cuanto a los incentivos para ciertas prácticas agrícolas, sectores y tecnologías para asegurar que esta reforma contribuya de forma efectiva a los objetivos del presidente Barroso para la Estrategia EU 2020.