Rastreando un tipo específico de células T para reducir el efecto de la infección por VIH

25.01.2018 - Estados Unidos

Un equipo de científicos ha detectado un grupo de células inmunitarias residente en el intestino que podría predisponer a las mujeres a un mayor riesgo de desarrollar una infección por VIH o de manifestar la enfermedad en su variante más severa. A partir de estos descubrimientos, los autores sugieren que podrían redirigirse tratamientos ya existentes que se utilizan para tratar la enfermedad inflamatoria intestinal como valiosa intervención en el tratamiento del VIH. Desde hace algún tiempo, los investigadores reconocen que las células inmunitarias presentes en el intestino (una zona del cuerpo que se considera un importantísimo reservorio de vida) desempeñan una función de importancia crítica en el desarrollo de la infección por VIH y la capacidad de las células T de trasladarse por el torrente sanguíneo hasta el intestino depende de una proteína llamada integrina α4β7.

Tras examinar las muestras de sangre obtenidas de un grupo de mujeres con alto riesgo de contraer VIH en KwaZulu-Natal, Sudáfrica, antes de que contrajeran el virus, Aida Sivro et al. determinaron que la frecuencia elevada de integrina α4β7 con expresión de células T guarda relación con un mayor riesgo de desarrollar la infección. También se observó esta correlación entre los niveles de integrina α4β7 con expresión de células T en el torrente sanguíneo y el riesgo de contraer VIH en cohortes de trabajadoras sexuales en Kenia. Entre las mujeres que finalmente desarrollaron la infección, se observó una correlación entre la presencia de niveles elevados de integrina α4β7 con expresión de células T y una mayor carga viral de VIH, así como un declive de las células T más rápido de lo habitual (síntomas distintivos de la variante más severa de la enfermedad).

Cabe señalas que la presencia de niveles elevados de integrina α4β7 con expresión de células T en la sangre se correspondía con frecuencias elevadas de este tipo de células en el tracto urogenital, lo que sugiere una posible ruta de asentamiento del virus. Sivro et al. observaron tendencias similares en estudios sobre infecciones de VIS en primates. Los autores especulan que la integrina α4β7 con expresión de células T puede ser uno de los primeros objetivos infectados por el virus VIH y que la detección de este tipo de células como «zona cero» podría resultar un valioso descubrimiento para la prevención o el tratamiento de la enfermedad.

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