Nueva terapia génica para tratar diferentes tipos de cáncer con yodo radiactivo
CSIC
El trabajo, fruto de la colaboración de varios grupos nacionales e internacionales, se ha basado en la capacidad de una proteína, denominada NIS, presente en la membrana de las células tiroideas, para atrapar yodo. “Lo que hicimos fue subclonar el gen NIS en vectores específicos y, mediante terapia génica, logramos insertarlo en un tejido tumoral que no era el suyo”, explica Pilar Santisteban, líder de la investigación y científica del CSIC en el Instituto de Investigaciones Biomédicas Alberto Sols.
NIS se encarga de transportar yodo al interior de la célula del tiroides para la síntesis de hormonas tiroideas. Esta capacidad se mantiene cuando las células son tumorales, de ahí que el tratamiento con yodo radiactivo se utilice “con resultados óptimos” en pacientes con cáncer de tiroides. NIS se clonó por primera vez en 1996. Su estructura final fue elucidada por otro de los autores de este trabajo, el científico Antonio de la Vieja, del Instituto de Salud Carlos III. Desde entonces, numerosas investigaciones han buscado que otras células tumorales expresen esta proteína.
El trabajo de ingeniería genética, llevado a cabo en ratones, se completó cuando los investigadores generaron vectores virales (adenovirus no replicativos) capaces de expresar NIS en células con altos niveles de una enzima llamada telomerasa. “Para conseguir introducir un gen en un tejido que no era el suyo empleamos adenovirus o vectores de expresión con el promotor que induce la transcripción de la telomerasa. Por ello, buscamos que el adenovirus tuviese este promotor para que se dirigiera sólo a las células tumorales y no a las normales”, destaca Santisteban.
El estudio es novedoso sobre todo porque abre la vía para un futuro tratamiento del melanoma con yodo radiactivo. “Este tratamiento lleva décadas utilizándose con éxito en pacientes con cáncer de tiroides porque estos tumores expresan NIS de forma endógena. Gracias a la terapia génica, estamos en condiciones de poder expresar NIS de forma exógena en otros tipos de cánceres y extender el uso médico del yodo radiactivo”, concluye Garcilaso Riesco-Eizaguirre, que trabaja en el Instituto de Investigación Biomédica del Hospital La Paz.