Pistola de inyección de gases y fabricación de nieve carbónica
Abelló Linde, en su compromiso de mejora de la calidad del vino, presenta una nueva pistola de inyección de gases que permite aplicar los gases que intervienen en los procesos de una bodega de una forma cómoda, sencilla y segura.
Los gases inertes, especialmente el nitrógeno, el dióxido de carbono o preferiblemente una mezcla de ambos, facilitan la elaboración de unos productos con óptimas cualidades, sin necesidad de recurrir al uso de aditivos poco recomendables.
Abelló Linde, además de suministrar dichos gases inertes para el mercado enológico (Biogón®N, Biogon®C y Biogon®2.20), está en constante estudio de nuevas técnicas y herramientas que ayuden a la bodega a obtener un producto de mayor calidad sin modificar sus propiedades organolépticas.
Con este objetivo, acaba de presentar una nueva pistola de inyección de gases y fabricación de nieve carbónica cuya ventaja principal es que “el enólogo dispone de una manera fácil de inyectar gas inerte desde cualquier punto de la bodega”, asegura Enric Gálvez , técnico de aplicaciones de Abelló Linde, además, “se puede trabajar con total seguridad gracias a la válvula de seguridad que evita la sobrepresión”.
Los gases que la pistola inyecta facilitan multitud de aplicaciones en el mercado enológico, cabe destacar la inertización de depósitos, cubas o prensas para preservar al vino del contacto con el oxígeno del aire; o la mejora de la maceración prefermentiva o la refrigeración inmediata de la uva mediante nieve carbónica o CO2.
En la maceración prefermentiva, el contacto de la nieve carbónica con la uva produce la congelación del agua de las vacuolas de las células epiteales, provocando su ruptura y la liberación al medio de su rico contenido (taninos, antocinos, aromas, polisacáridos…). De esta forma, se obtienen vinos más aromáticos y complejos, de perfil varietal y afrutado más marcado, de mayor volumen y con más color y plenitud de boca. La maceración prefermentiva también permite extraer más taninos de la piel sin necesidad de alargar la maceración, evitando así los taninos más agresivos de las semillas.
De otra parte, la refrigeración inmediata de la uva resulta imprescindible para evitar oxidaciones prematuras o maceraciones indeseadas, inhibir cualquier inicio de actividad microbiana o simplemente como primera etapa para llegar a la temperatura deseada de arranque de fermentación, tanto en vino blanco como en tinto.
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