Sensores de pH del aire para vigilar las colecciones de un museo

14.11.2014 - España

Ni ácido ni básico. Así debe ser el ambiente que envuelve cualquier pieza expuesta en un museo. El pH ambiental debe ser neutro y lo importante es que no se produzcan cambios bruscos que supongan un riesgo para la conservación de cualquiera de los bienes expuestos. Un equipo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) está evaluando las condiciones ambientales de la exposición temporal El último viaje de la Fragata Mercedes. La razón frente al expolio en el Museo Naval de Madrid. Están empleando sensores que detectan los cambios de pH. Su punto fuerte es que son capaces de medir la acidez del aire.

Los dispositivos han sido desarrollados y patentados por un equipo de investigadores del Instituto de Historia del CSIC. Consisten en pequeños sustratos de vidrio común recubiertos de una delgada capa coloreada. Cuando las condiciones ambientales varían, los sensores cambian de color, una respuesta que los científicos miden gracias a una unidad portátil y un software ideados también por ellos.

“Las desviaciones de la neutralidad teórica en el pH suponen un importante riesgo para la conservación de la mayoría de los materiales, ya sea metal, tejido o papel, lo que puede traducirse en alteraciones, deterioro, degradación y corrosión. Lo importante no es que se mantengan estos valores, sino que no se produzcan fluctuaciones bruscas”, explica el investigador del CSIC y coordinador de estos trabajos Manuel García-Heras.

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